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lunes, 5 de marzo de 2012

UNA SUTIL CRÍTICA MONOCORDE

Saludos, hoy estuve en mi cuarta conferencia de la serie "Virtudes", que podemos transitar los Lunes en el CCCB. La verdad es que no estuvo mal. Cortemos y peguemos el rollo de hoy: «AUTOESTIMA» a cargo de Josep M. Ruiz Simón, professor de Filosofia a la Universitat de Girona i articulista de La Vanguardia. Presenta Jaume Casals, catedràtic de Filosofia del Departament d’Humanitats de la Universitat Pompeu Fabra. El conferenciante recuerda al extinto Ramoneda y dice que si le encargo la ponencia fue porque sabía que "li donaria la volta" y se declara de principio dispuesto a cumplir con el encargo. Paso a hacer un breve resumen de las notas que tomé en una página suelta del libro que ahora leo(malo, por cierto). Se nos dibuja una dicotomía. Por una parte estaría el concepto clásico de virtud, que es distinto en Platón, Aristóteles y Homero. El estagirita, por ejemplo, hablaba de el caracter adverbial de la misma, su necesidad de ser "mente". No existe el amor en abstracto, a la diferencia de platón, sino el amorosamente. Los antiguos trataban los conceptos de amor propio, que recuperar más recientemente Voltaire ligándolo a una mera voluntad de supervivencia, nada encomiable y tratable como virtud. A mi me recuerda todo este panorama a un concepto mencionado en "Adios a la universidad", de Jordi Llobet(aceptable repaso)del "Memento mori"(alguien en Roma iba diciendo al emperador o guerrero glorioso en plena apoteósis, "pero recuerda que eres mortal"). El ponente hace referencia también al término "Hybris"(La hibris o hybris (en griego antiguo ὕϐρις hýbris) es un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’ y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada, resultando a menudo en merecido castigo). Ante esta visión negativa de la autoestima por parte de los clásicos, el conferenciante contrapone una visión moderna que parte de Benjamin Franklin, y viene recogida por William James. Caractericemos esta "Selfsteem": esta se basa en ser utilitarista. Aquel que se quiere a si mismo por lo que es tendrá más posibilidades de ser más eficaz y tener más éxito en el mundo. Los libros de autoayuda o el moderno coachin de EEUU usan este concepto. El yo se afirma por si mismo, sin tener un referente ético. Uno debe valorarse por ser como es y así tendrá la fuerza necesaria para alcanzar el triunfo. Estamos en el terreno de la "profecía autocumplida", de "sermeiman" que decía mi bisabuelo en sus conferencias en casinos cutres de provincias. Se pasa pues, una vez más, del yo a las cosas no de las cosas al yo(si no recuerdo mal fue monsieur Descartes el que inauguró esta forma de pensar. Poco sabría el francés de esta deriva futuro, supongo. Yo veo en esta postura la raíz de la autoafirmación de la vulgaridad belenestebiana, de yo lo valgo del Gran Hermano 12+1, del aquí estoy yo en mi facebook. Hace una referencia también el sr. profesor a "La ética protestante y el capitalismo" de Max Weber. Nos hace ver como el alemán ya criticó el afán nada ético ni trascendente de la moral capitalista que no es otro la obtención del dinero y el consumo. Frente a la ética aristocrática grecorromana, que despreciaba a aquel que trabajaba para ganarse la vida, tenemos la nueva idea del trabajo duro para alcanzar el éxito social y material. Y un yo fuerte es la base de esta conquista, de esta guerra moderna, que veíamos en la obra de teatro "Quitt" de Peter Handke, que acaba de mudarse del Lliure a Madrid. Todo este mapa a mi me recuerda, sin embargo a aquella idea de Rifkin: EEUU sería una potencia optimista, que quiere conquistar y dominar el mundo. Frente a esto está la vieja Europa, representada aquí y hoy por Ruiz Simón, que cínica y desconfiada, cansada de las heridas que la propia destrucción y control del mundo le provocó y perdió tras cinco siglos y dos guerras totales, ve en todos los lugares los riesgos y las posibilidades de perder terreno en lo social. Una ponencia correcta pero simplista, monocorde, monótona. Pero parece ser que un público cosmopolita y de izquierdas la aceptó de buen grado. De todas formas, vuelvo a insistir, me pareció un discurso incompleto. Un compañero del público la hace ver a Ruiz algo que yo ya pensé: estaba dejando de lado toda una cara del concepto, aquella que de la mano de la psicología, trata la autoestima de otra forma. A esta pregunta el autor no responde apenas. Se nota que no se mueve en su terreno, que parece ser Ramón Llul, entro otras cosas. Yo con una preguntar hiperbreve cierro el coloquio. Le digo si está autoestima utilitarista se podría relacionar con el concepto de virtud en Maquiavelo. Me responde prácticamente con un "Sí, bien visto, estoy de acuerdo". Recogemos los aperos y marchamos. una buena tarde en fin.

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