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miércoles, 28 de marzo de 2012

DECONSTRUCCIÓN ANTROPOLÓGICA

Volvemos a la carga en nuestro recorrido por los equipamientos culturales de la ciudad condal. Esta vez, vía butxaca.com, le tocó el turno a un centro cívico desconocido situado justo enfrente de la parada de Sarrià de FGC. El lugar se llama casa Orlandi y tiene como sede un remarcable edifico, una casa de algún antiguo de la zona burgués de la zona. El motivo de nuestra cita es en principio bastante indeterminado. La web consultada solo nos dice "Café literari amb Albert Sánchez Piñó". Llego bien de tiempo y encuentro el ambiente coqueto. La casa Orlandi tiene una bonita cafetería en la planta baja. Subo a la primera planta donde está la sala donde tendrá lugar la charla. Se observan unos despachos bonitos con el nombre del propietario en colorines. Dios sabe que hace esta gente y si el sitio es de titularidad pública o privada. Pasamos a una sala amplia donde se han sentado unos 25 personas en formato mesa redonda. Le pregunto a una chica si esta libre un lugar y me siento. Tardo poco en darme cuenta de que me he sentado al lado de los organizadores y el escritor. Toma la palabra un chica joven y morena que está presenta al protagonista de la tarde: se trata de Albert Sánchez Piñó que viene a hablar de su muy conocida novela "Pell freda". Se encuentra con nosotros la editora, que es bastante gafapasta, como muchos de los presentes entre los que me incluye. El autor es antropólogo y dicharachero. La novela la escribió tras un fracaso profesional, ya que se encontraba en la República Democrática del Congo llevando a cabo su trabajo con el objetivo de realizar una tesis doctoral sobre una tribu local cuando tuvo que abandonar el país a causa de una guerra civil.
La pell freda es viaje al horror, un cierto homenaje al Conrad con dosis de paralelos antropológicos como el mito de la rama dorado de Fraze. No he leído el libro pero parece historia compleja. Hemos de pensar que ha sido un gran éxito editorial ya se ha traducido nada menos que a 38 idiomas. El centro del mensaje es la explicación del mecanismo de la creación de monstruos por parte de los hombres. Particularmente se nos habla de como satanizamos al enemigo para humanizarlo. Se indaga para descubrir los límites de la condición humana. Como nos dijo Albert la antropología tiene por objeto el estudio del otro. Y frente a la alteridad existen dos respuestas básicas: o el otro es un salvaje al que destruir o un desconocido con el que pactar. Se nos comentan también algunas particularidades de la edición como la importancia del arte de la contracubierta, todo un ejercicio de síntesis que permite al lector formarse una idea básica y a menudo equivocada sobre el volumen. Al citar a Frazen yo me sumerjo en un cierto pensamiento profundo. Recuerdo la rama dorada en la biblioteca de mi padre y me digo que en estos periplos por Barcelona lo único que hago es tratar de recorrer todos y cada uno de los senderos que me anunciaban aquellas solapas ordenadas y desordenadas en los estantes de mi casa. Aquellas lejas eran como un laberinto de posibilidades quasi infinitas que un día tendría que recorrer en esa kulturkampf mía tan particular. Como ya he dicho en algunas ocasiones cada tarde juego a que Barcelona me lleve a nuevos mundos a través de encuentros de todo tipo. Es como una especie de juego de la ruleta en el que yo soy la bola que baila de número en número. A Albert Sánchez le suena el móvil. Lo llaman sus amigos que quieren ver el partido del Barsa en su casa. Esto si que es la verdadera llamada de la tribu blaugrana. Mientras aguantamos el tipo y un personal culturilla desliza preguntas que son respondidas de forma excelente por el escritor que está distendido y dice con humor verdades como puños sobre la guerra. El conflicto no deja de ser una forma de relación de la que se beneficia mucha gente, en el Congo y en Utrera. El arma de destrucción más masiva que existe es el lenguaje, aservera Sánchez, que se usa en la guerra para animalizar al contrincante. Frente a esto debemos usar también la escritura para dejar claro el engaño que consiste en privar al otro de su humanidad. Veamos como de ridículas son las simplificaciones que nos permiten suspender la moral y la empatía y matar al semejante. El lector debe decidir que personajes son verdaderamente personas, que caracteres son comportan como humanos. Un buen ejercicio de deconstrucción antropológica. PS: un par de detalles que se me olvidaron quería comentar. Alber Sánchez señaló que, en contra de lo que podría parecer, a las personas les cuesta mucho matarse unas a otras. En este sentido, ciertos estudios demuestran que el 40% de los soldados de la II guerra mundial no tiraban a matar. Sorprende y nos hace volver a reflexionar sobre la necesaria construcción del monstrou en el otro. También quería recordar que a la charla asistió un profesora del Institut français de Barcelona. Y es que los universos culturetas son paralelos pero se comunican!

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