www.ara.cat/

martes, 26 de junio de 2012

UNA EUROPEA ERRANTE: HERTA MÜLLER

Saludos de nuevo. En este parón biológico que nos da la euro(ojo, mañana Portugal-España, primera semi)nos permitió acudir de nuevo a nuestro centro intelectual de referencia, el CCCCCCCB. Acudí en este caso atraído por la proveniencia alemana de la ponente(su nombre no dejaba lugar a dudas)y por el título: "La lengua como patria". Yo, que siempre me he interesado mucho por el nacionalismo cultural con fuerte acento en la lengua, que tiene su orígen en Alemania y se extiende por Europa, generando casos tan queridos por mi como el catalán-pancatalán, no podía perderme una charla como esta. Sin embargo resultó, como sucede muchas veces en estos simposios, que la cosa no iba por aquí. Yo esperaba una análisis sociológico e histórico, desde el punto de vista de la filosofía política. Pero resulta que la invitada era premio Nobel de literatura.
Os pego su currículum de la wikipedia: Herta Müller nació el 17 de agosto de 1953 en Niţchidorf, Banat, un lugar germanohablante de la región de Timisoara, en Rumanía, hija de unos granjeros suabos del Banato. Su padre sirvió durante la II Guerra Mundial en las Waffen-SS y su madre fue deportada a la Unión Soviética en 1945 y pasó cinco años en un campo de trabajo en Ucrania. Herta estudió filología germánica y rumana en la Universidad del Oeste de Timisoara entre 1973 y 1976. Formó parte del Aktionsgruppe Banat, una tertulia de escritores idealistas rumano-alemanes.Trabajó como traductora técnica entre 1977 y 1979 en una fábrica de maquinaria, pero fue despedida en 1979 por no cooperar con la Securitatea Statului, la policía secreta del régimen comunista rumano; subsistió empleada en una guardería e impartiendo lecciones de alemán, siendo acosada e interrogada más de cincuenta veces por la Securitate. Su primer libro, la colección de cuentos Niederungen (En tierras bajas), fue publicado en 1982 en Rumanía, pero en versión censurada, como muchas otras obras de esos momentos; dos años más tarde se imprimió entero en Alemania mientras en ese mismo año aparecía Drückender Tango, un libro muy crítico también con la corrupción, la intolerancia y la opresión del régimen comunista de Nicolae Ceauşescu; a causa de esto se le prohibió seguir publicando en su país, aunque sus libros triunfaban, se premiaban y eran muy comentados en Alemania y Austria, contra la unánime oposición de la prensa oficial rumana. La sala se llena bastante y pedimos pinganillo para la traducción simultánea. Hay mucho germanófono entre el público. Un día, quizás, escriba un post sobre la relaciones entre Alemania y Cataluña. Sería un asunto intenso e interesente. H.Muller es menuda pero se le nota fuerte, mujer de convicciones. De su charla, demasiado poética para mis expectativas como dije, recogí algunas reflexiones interesantes centradas en el espinoso asunto del exilio, vivido desgraciadamente con demasiada frecuencia por muchos ciudadanos en la historia del sólar hispánico. Allá van las ideas anotadas en el final del libro de turno: Nos habla Müller del carácter problemático de la patria afirmando lo siguiente: "La patria es aquello insoportable de lo que uno no se puede deshacer". Nos comenta el caso de algún exiliado árabe residente en Alemania que dijo que "La patria es el tiempo que hemos perdido". También nos dice Müller que "la patria es la lengua de uno, es lo que uno puede decir y entender..y si lo que se dice, aquello que se comprende de lo que se nos dice noe es pacífico se nos condena a la miseria más terrible". Pienso yo en España y en su decir envenanado, en el intercambio de logos incívico que hemos soportado tantos siglos. En el caso de Müller fue Ceaucescu y los horrores del Gulag y la Securitate(una especie de Stasis de Rumanía)los que la abocaron a un sinvivir hecho de miedo y quebrantos sinuosos, de angustias nevadas e inagotables. Nos dice que un escritor amigo le dijo una vez que la lengua se le estropeó en el campo de concentración...aquello que había heredado de la sociedad, de la humanidad hecha orden y civilización, se le volvió volátil y cenagoso, oblogándolo a generar una lengua privada wittgensteniana. Herta, en su penalidades, se alimentó de estas ideas personalísimas en la lectura...De esta forma, nos dice Müller, para poder soportar estas cosas tan terrible ella como otros antes que ella, leyó y escribió. No en vano, volviendo a anclarse en el terruño mediante referentes resquebrajados, hace un recuerdo y elogio de Jorge Semprún.
Yo me largo antes del final, asediado por el hombre de finales de Junio y pienso que gracias a Europa, a la tan denostada UE, relegada a gentil monstruo, a cacharrería infame, los españoles y los rumanos parecemos haber dejado atrás, almenos por un tiempo, los rigores inefables y ponzoñosos del exilio.

No hay comentarios: