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domingo, 27 de mayo de 2012

TABUCCHI CAPITÁN DEL SUR

Hola de nuevo. Escribo desde Madrid donde he asistido durante dos días a la septuagésimo primera feria del libro de Madrid, que ha tenido lugar en el parque del retiro. Con más calma y cuando esté en Barcelona trataré de hacer una crónica detallada de lo vivido y comprado. Creo que he realizado más de 150 fotografías que me permitirán recordar los numerosísimos libros hojeados y casetas visitadas. Pero hoy, aún desde la Villa de Madrid, quiero, antes de que los pensamientos se diluyan, de que las intuiciones se difuminen en la laguna del olvido, rememorar las ideas que me sugirió una más que aceptable conferencia dedicada al escritor italiano, recientemente fallecido, Antonio Tabucchi. De hecho, el país invitado este año en la feria es Italia. La mesa está presidida por el director de la casa de italia Carmelo di Gennaro y cuenta con el combatibo periodista Miguel Ángel Aguilar, su traductor, Carlos Gumpert, y su editor,el jefazo de Anagrama Jorge Herralde. Poco a poco van dibujando entre todos la simpática figura de Tabucchi. No puedo evitar que me recuerde en algunas cosas a Joan Fuster. Evidentemente, los cuatro años leyendo y trabajando al intelectual valenciano tienen en mi un efecto hondo, que no se manifestará en toda su plenitud más que con el transcurso de los años. Tabucchi fue, ante todo, un hombre de vocación europea. Una de las ventajas de ser un ciudadano mínimamente cultivado del viejo continente es que se pueden escoger las más destacadas virtudes de cada cultura de los países afines. Para mi vivir Europa es esto: ser a la vez español, portugués, francés, italiano, alemán, inglés e incluso danés. Antonio Tabucchi se vio muy pronto atraído por la cultura español, sobre todo a partir del mito del Quijote. No obstante Pessoa lo atrapó y se aportuguesó hasta la médula. Incluso llegó a escribir una novela, Réquiem si no recuerdo mal, en lengua lusa. Antonio era un hombre de manías y particularidades, como bien recordó Jorge Herralde, cuyo trabajo de editor le obliga a gestionar genios, con las situaciones surrealistas que estos generan en las circunstancias más diversas. Parece ser que Tabucchi lo llamó desesperado a Barcelona porque no soportaba el ruido de unos alemanes bárbaros que estaban en su mismo hotel en Acapulco. Tabucchi defendió la idea del intelectual discontínuo, del ideólogo que administra a sus fieles cápsulas para potenciar la resistencia y la combatividad de cuando en cuando, pero que desaparece cuando no soporta más ser engagé. Me resultó particularmente interesante la ponencia de Gumpert, porque reflejó la dualidad de Tabucchi, el Tabucchi sombrío y obscuro, que entendía las miserias humanas pero trataba de sobrevolarlas con humor y palabra. Tabucchi representa, a mi modo de ver, un revulsivo. Así lo corrobora Herralde cuando mencionaba la alegría con que el público español acogió la película de "Sostiene Pereria", poco después de comenzar el gobierno del PP en 1996. A su vez Antonio encabezó la "resistence" contra la dictadura mediática Berlusconiana. Apoyos cruzados, complejas relaciones intraeuropeas, que nos muestran como la transición española ya hiciera, que la política interior europea de cada país tiene una dimensión internacional insoslayable, profunda. Esto lo mostró, como decía el profesor Villacañas, muy claramente la transición española, donde fue el asidero de la UE lo que llevó finalmente a un consenso. Ha sido la dimensión europea de España, Europa como horizonte de paz y serenidad, lo que ha permitido establecer una acuerdo mínimo de convivencia hispánica entre las tribus de celtiberia.
Tabucchi fue admirado en Francia y tuvo casa en París. Realizo una pregunta al final de la charla: ¿Podría ser el europeo Tabucchi invocado, utilizado como bandera de un sur de Europa latino, encabezado por Francia, que permite renegociar con los austeros germanos?. Recordemos que a Antonio le resultó insoportable el desmán germánico y llamó a España pidiendo ayuda...Antonio puede ser uno de los nexos de unión entre los sureños irresponsables y despilfarradores que reclaman que se les tenga en cuenta. Grecia podía unirse a la alianza y también la periférica Irlanda, como sabemos problemáticamente anglosajona. El espírituo de Tabucchi, con el que comparto nombre, puede significar una fuerza que amalgame voluntades. En los tiempos que corren hacemos bien en invitar a los italianos, en rendirles homenaje. Los itálicos que toman copas por la chueca nocturna entienden nuestro problemas, nos son cercanos, primos hermanos. El gesto cultural de la feria se vuelve político. Quizás sería también una oportunidad para resucitar el siempre anhelado iberismo. Y el que el Sur también es Europa. Como dijo Miguel Ángel Aguilar o defendemos una UE faro del mundo, un continente de derechos y bienestar social o se nos impondrán otros modelos. La globalización aprieta y la disyuntiva es clara: o europeizamos china o chinizaremos Europa. Larga vida a Antonio...leámonos, traduzcámanos. La cultura devendrá complicidad y esta voluntad política. Los errores mutuos no deben impedirnos seguir reclamando otro modelo de Europa, otro modelo de mundialización. Lean a Antonio, viajen al Sur.

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