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lunes, 28 de mayo de 2012

HAL EN BARCELONA

Hola a todos. Hoy, para variar, opté por aparcar los libros y acudir a un encuentro de divulgación científica. Y es que el CCCB ha organizado un interesante ciclo titulado “los orígenes de la mente humana”, que se desarrollará del 21-5 al 11-6. En la sala auditori tuvo lugar la charla del 22-5 a la que asistí. Les pego el programa: PODEM SIMULAR LA MENT HUMANA? El Blue Brain Project és un desafiant projecte científic que planteja crear, en un supercomputador, un cervell virtual que simuli el funcionament de la ment humana. Henry Markram, neurocientífic, director del Blue Brain Project a l’École Polytechnique Fédérale de Lausana Moderador: Francesc Subirada, director associat del Barcelona Supercomputing Center- Centro Nacional de Supercomputación Antes de la charla Subirada nos dice que llevó al ponente a ver una casa en que Ramón y Cajal(uno de los poquísimos referentes científicos internacionales que ha tenido España y gran estudioso del tema que nos ocupa)vivió en Barcelona y que está situado apenas a 200 metros del CCCB. Luego da la palabra al invitado. El señor Markram es un verdadero líder político que habla un inglés claro acompañado de un lenguaje cultural convincente. En algunas páginas en blanco traseras de “Opiniones Mohicanas” de Herralde copié de nuevo unas notas que ahora trataré de ordenar. El cerebro humano es el sistema más complejo que conocemos. En el cerebro están pasando miles de cosas simultáneamente a muchos niveles. Las sustancias químicas que ingirimos modifican mucho los estados anímicos de las personas, gracias al cerebro construimos el mundo, le damos sentido. El cerebro es enormemente plástico, tiene un increíble capacidad de adaptación. Es el cerebro el que construye una voz con sentido, lo que realmente oye es ruido. Vemos con el cerebro, no con los ojos, estos órganos solo envían información que el cerebro decodifica dándole sentido. El proyecto de Markram pretende coordinar toda la investigación mundial sobre el cerebro y hacer un gran macroestudio con la UE como centro. Por eso pide pasta a la UE. ¿Cuál es el objetivo de conocer el funcionamiento del cerebro?. Los motivos y utilidades son varios: curar las enfermedades y generar máquinas que funcionen imitando a esta maravilla que es el cerebro humano, que se caracteriza por destruirse y construirse en cada instante. Si vemos una película mala, por ejemplo, somos otra persona después de verla. Nunca seremos el mismo después de haber asistido a esta charla y, además, ninguno de nosotros ha entendido lo mismo. Los ciento y pico cerebros que escuchamos al cerebro del señor Markram hemos procesado la información de forma distinta, a cada uno nos ha dicho una cosa. Si dices a un niño “no hagas eso”, 300000 neuronas deben pensar a cual de ellas se le envía el mensaje, porque están actuando y haciendo 100000 cosas a la vez. El reto del cerebro es entender donde está el error. Los diversos niveles interactúan tratando de comprender cual es el problema.
Las industrias están muy interesadas en esta tecnología. Se cita a la automovilística, que podría vender cerebros artificiales que condujeran por nosotros. No obstante, no todo es color de rosa. Según el ponente las farmacéuticas, Novartis et alter., han dejado de invertir porque cuando más se sabe del cerebro más complejo resulta todo y no se resuelven los problemas. No obstante, el método Markram propone integrar sistemas y conocimientos y crear un modelo macro que nos permita conocer leyes y construir, con la ayuda de los superordenadores y sus millones de procesadores, un cerebro modelo, cerebro-máquina. El científico de Metrópolis, Rotwag, estaría encantado. Curiosa y filosóficamente el cerebro que ha sido creado por el universo llega a poder conocer y pensar aquello que lo ha creado. Se podrían crear cerebros artificiales que recogieran datos del cosmos y nos lo fueran explicando. Se abre el turno de preguntas y Narkam responde eficazmente, añadiendo reflexiones lúcidas que ayudan a comprender mejor el entramado sesudo. Un espectador orteguiano, esto es activo, le recuerda al científico que el cerebro debe mucho al entorno cultura y ambiental. ¿Cómo se podría replicar este en su modelo artificial?. La respuesta la entendí a medias pero a Narkam no le parecía complejo ir suministrando a nuestro Hall del siglo XXI datos que pudiera ir procesando y generando así su relación con el ecosistema. Para terminar, dos reflexiones cruciales. Una cosa que me llamó la atención y que resaltó también Subirada, es la defensa por parte del ponente de la inevitabilidad de la construcción futura del cerebro artificial. El cerebro, nos dice Narkam, ansía recrearse. Que el cerebro humano acabe creando otros cerebros es un paso lógico de la evolución. El cerebro ansía replicarse, lo desea fervientemente. Un espectador lanza un dardo crucial, aludiendo a la charla del día anterior, a cargo de Ignacio Morgado, y pregunta si al crear un cerebor artificial se generará también una mente. Narkam responde que no se sabe, que hay que crearlo para conocer la respuesta. ¿Tendrá conciencia el ser máquina, tendrá moral?. Recuerdo al final del coloquio un libro de Popper que leí en un garage en dos tardes y que se titulaba “The body-mind problem: in defense of interaction”. También me vienen a la memoria aquellos textos de profesor Mora. En definitiva, una tarde diferente en la que pudimos aprender mucho. Y es que, como dijo Narkam, el conocimiento supremo al que puede aspirar el cerebro es aquel que realiza sobre si mismo. Como contrapunto al científico, que argumentó que en muchas ocasiones las teorías, las creencias, entorpencen el avance científico, que debe ser factual, recordemos que el espíritu de esta frase no diverge de aquel “conócete a ti mismo”, que se podía leer en la puerta del templo de Apolo en la isla de Delfos. Como ven los de letras terminamos siempre barriendo para casa. Hasta la próxima.

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