De tanto en tanto aparecen por aquí los griegos. Y es normal, natural.Cualquiera que quiera entender un poco quienes somos, como pensamos y porque, debe volver a visitar a estos ilustres antepasados.Hasta el más iletrado de nuestro iletrados conciudadanos esta pensando y hablando en griego todo el tiempo, incluso si lee el marca y comenta la última gilipollez de Mou.
En aquel COU ya lejano(1998-99)empezamos por los presocráticos y luego por Platón. Una de las ideas que más me gusto de aquello(por no mecionar a Hume, el marxismo y a I.Kant)fue la teoría platónica de la reminiscencia. Wiki, de nuevo, da cuenta de forma efectiva de ella:
La teoría de la reminiscencia es una teoría del conocimiento según la cual conocer es recordar.
Aunque tiene antecedentes, la teoría se asocia principalmente a Platón. Para éste, adquirir conocimiento consiste en recordar lo que el alma sabía cuando habitaba en el mundo inteligible de las ideas antes de caer al mundo sensible y quedar encerrada en el cuerpo. Así, la teoría de la reminiscencia está ligada a la diferencia platónica entre el cuerpo y el alma. El recuerdo se logra principalmente mediante el diálogo filosófico. Probablemente Platón no defendía este punto de vista respecto a la adquisición de conocimientos particulares, sino de los dotados de universalidad y necesidad, tales como las matemáticas, que no pueden explicarse a partir de la experiencia empírica o perceptiva.
Pues si, señores. Esta es la idea, conocer es recordar. Y a mi me pasa esto con Barcelona...continuamente me da la impresión de haber pasado ya por aquella calle, haber visto aquel bar, aquella plaza. Recuerdo a menudo lo hecho, visto o vivido en cada lugar. Mi primer viaje por aquí fue en 2003.Recuerdo que me costó mucho salir, me enfilaba por aquellas calles rectas del eixample avanzando sin llegar a ninguna parte. Hasta que llegué a la Plaza de España y con chascarrillo me indicó un catalán por donde salir. Obviamente esta sensación se ha acentuado este año, donde me asaltan muchos recuerdos de 2007-08, con poble sec y la Eurocopa, el sidecar, el paral·lel y tantas otras cosas. Así, para mi, conocer Barcelona es recordarla, como dijera el mejor alumno de Sócrates.
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