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jueves, 3 de febrero de 2011

¿TENDRÁN PERDÓN DE DIOS?



Hemos acabado de explica el tema de Roma, ya saben: la monarquía, la república, los etruscos,el 509 ac(ab urbe condita),los patricos y su conflicto perpétuo con los plebeyos, los hermanos graco, el imperio, la muerte de César, Augusto y el 476.

Enmedio del tema, con muy buen criterio, yacen dos páginas en otro color(un morado intenso, elegido para la ocasión)sobre el cristianismo. La reacción general es "vaya royo, pero esto no entra en el examen, ¿no?". Los niños perciben que lo que hay en estos textos es de naturaleza distinta al resto. Distinguen por tanto religión de ciencia histórica. Eso es bueno, bien sur.

No obstante no creo que sea bueno que desprecien tener la más mínima noción sobre la vida de Jesús y los evangelios en particular. Recuerdo a mi padre hablarme con pasión de aquel personaje, aquel filósofo impresionante. Además la biblia tiene un interés historiográfico "indefugible".

Me gusta ver canales de derechas cuando sale un obispo. Después de todo habla de lo que hablamos los interesados en filosofía: el valor de la vida, el sentido de la existencia, la moral. Aunque no esté de acuerdo en su cosmovisión aborda cuestiones que nuestra cultura mundo hipercapitalista, nuestro mundopantalla consumista, parece haber olvidado. No obstante este mismo huir, esta fuga, no nos aleja del daño que estas preguntas radicales hacen al inconsciente. Renunciar a buscar respuesta no alivia la pregunta. ¿Y nosotros qué hacemos?. Escondernos en el objeto y en el cash.

Volviendo a los alumnos les digo: esto aunque no seáis religiosos, es muy importante entenderlo. Determina vuestra forma de pensar. Dejarlo abandonado, en las infinitas lagunas del olvido, no os librará de nada.

Decía el otro día el amigo François Jullien que occidente ha ido basculando de los grecoromanos a la biblia. ¿Acaso el Islam, del que tanto se habla estos años y estos días, no es una religión del libro?. A pesar de las iglesias vacías, a pesar de que el hedonismo del "hic et nunc" no perdamos de vista el evangelio. Por la cuenta que nos trae...

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