Mucha pantalla y mucha cultura mundo últimamente en este blog, dirán. Pues sí, contesto yo, parece que es lo que hay, que es lo que toca. En un tercero de la ESO decido que es el día para terminar la película que estamos viendo, "Ciudad de Dios". Los libros se guardan en las mochilas e impera la gran lona donde se proyectan las aventuras brasileñas de buscapé y Zé pequeños.
Termina el film. Pasaremos unos minutos ociosos, el pacto es que hoy no hay libros ni letras, que con sangre entran. Dejados a su libre andar los alumnos sacan móviles y mp3. Yo los dejo, obvio la norma por un día. Hoy es el día de la pantalla. Y así nos damos cuenta que mientras trabajamos con ellos con libros, pizarras y libretas del siglo pasado no el otro ellos piensan en las pantallas que bullen en sus mochilas y bolsillos. Les pregunto si tienen internet en el móvil, si lo usa. Todos o casi todos tienen y utilizan blacberrys de esos, que están de moda ahora, que se han hecho accesibles a todos y sirven para usar el msn todo el rato. Me preguntan que móvil tengo y saco el mío del bolsillo.
El otro día un profesor(entiendamé)sustrajo un móvil a una alumna porque le sonó en clase. Parece ser que mientras el docente explicaba el programa de actuación de la segunda república, remarcando los puntos de conflicto que nos llevaron a la mayor catástrofe de nuestras historia, los adolescentes soñaban en pantallas lábiles, instantáneas y serviciales. Algunos sueñan con tocarlas, con escapar a través de ellas de sopor que provoca el programa de reforma de ejército emprendido por el valeroso y nunca suficientemente ponderado D.Manuel Azaña. En ello que suena un tono y el móvil es sustraído.Llora desconsoladamente la alumna, afirmando que lo necesita imperiosamente ya que ha de acudir a una fiesta y necesita el aparatejo para saber de su hora y lugar exacto de realización. Llora ella y lloro yo por el futuro de Europa.¿Nos pasarán por encima o nos han pasado ya?.
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