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jueves, 8 de diciembre de 2011

TARDE EDITORIAL CON FINAL DE ACERO

Hola de nuevo, Seguimos tratando de hacer productivo el puente. ¿En qué se resumen esto?. Pues, básicamente en consumir y ir a lugares. Decido pasear por algunos de los puntos editoriales cercanos a la calle Ausiàs Marc. El primer sitio en el que me interno es la curiosa librería de la Abadía de Montserrat. Este convento ha sido el centro del catalanismo más religioso-conservador. Montserrat, esa montaña mágica del catalanismo(una de las muchas, recordemos el ascenso ritual de Jordi Pujol al Tagamament, desde donde ve la luz y decide que va a reconstruir Catalunya)es una de los puntos claves de la resistencia y renacimiento del catalanismo moderno. No se pierdan la web: http://www.abadiamontserrat.net. La librería es pequeña pero encontramos un poco de todo: biblias ilustradas y sin ilustrar, comics en catalán para los más pequeños, novelas de trasfondo religioso, vida de obispos y santos, postales navideñas, la famosa revista serra D'or, bandera de la cultura catalana... hojeanto/ojeando un poco unos folletos de propaganda vemos al señor padre Abat Josep M. Soler con la presidenta del parlamente catalán, con el conseller de cultura, el socialista reconvertido en convergente F.Mascarell. Y es que la derecha a vuelto y la Abadía vuelve a tener una conexión privilegiada con el poder. Leía en mis apuntes que la editorial del centro religioso es una de las más antiguas de Europa. Y es que la iglesia vio rápidamente los peligros y virtudes del inventillo de Gutemberg, aunque no pudo contener la gran difusión de ideas que provocó y que acabó minando la fe de muchos que, como Kant, se atrevieron a pensar. Deja con cierto pesar la santa casa, que realmente está en mi misma calle, y avanzo algo hacia el Paseo de San Juan. Entro en Norma Cómics. Un universo muy distinto se dibuja: mangas, tintín por un tuvo en todos los formatos del merchandasing(hay que aprovechar el tirón de Spielberg), publicaciones góticas, tiras sobre la crisis, la economía mundial explicada en viñetas, mafaldas, mortadelos, peluches japoneses, disfraces, mucho star-wars y otras cosas frikis de juegos de rol. En definitiva un cosmos editorial y variado que nos ayuda a introducirnos en los mundos más diversos. He de confesar que siempre he rechazado un poco estas tiendas de cómics. La mayoría de mundos que generan son demasiado obscuros, alternativos, generan una forma de entender el mundo que no es la mía. Pero percibo, instintivamente, que muchos de los que bloquearon, a escasos pasos de aquí, la entrada al parlament, tiene el cómic como una forma de ver el mundo, de entender la crisis, de intentar crear una realidad nueva. Yo me quedé en relatos más planos y transparentes como los del propio tintín, Spirou y fantasio, Mafalda, Garfiel y tutti quanti. No obstante, no hemos de olvidar que el cómic, la viñeta, la tira, es una forma fundamental de crear futuros lectores de libros. Los niños aún acceden a la lectura por esta vía que, sin embargo, cada día tiene más difícil competir con los destellos del mundo hipermoderno de la pantallocracia. Tras comprar un plato del petit prince y una funda portadocumentos de tintín, abandono algo aturdido el local. Me dirijo a buscar un contrapunto. Tengo previsto ir al cine Aribau a ver "Real Steel", acero puro, de Hugh Jackman. LLego un poco justo y descubro la sala 5, en la que nunca había estado. Es una de esas de antes, largas, con banquetas cómodas pero no de tipo multicine. Evidentemente vengo a husmear este blockbuster, a tomarle el pulso al sector. Antes he comprado en FNAC el último libro sobre Rafa Nadal. La historia tiene puntos interesantes que analizar: por una parte es, como viene pasando ya hace muchos años con las películas de EEUU, un canto a la familia reconciliada. Jackman es un borracho perdedor, exboxeador fracasado que ahora se dedica a comprar robots de pelea y intenta ganar pasta en los combates. Todo el film tiene un aire sureños, de texas, de vaquero reconvertido del 2020. Una ex de Jackman muere y deja huérfano al hijo de éste, que el vaquero había ignorado hasta entonces. Falto, como siempre, de dólares, hace un trato con la hermana de su fallecida ex y le cede la custodia a cambio de 100.000 pavos. No obstante ha de quedarse al chaval porque el adinerado marido de la tía acogedora quiere pasar el verano en la europea toscana. Esta clase alta, europeizada, burguesa, permite conocerse al hijo y al padre. El pequeño es un tipo duro y le gusta pelear. Es un loco de los robots y de las consolas...como no podía ser de otra manera padre e hijo acaban congeniando y se meten a tope en una carrera hacia el éxito que pasa por rehabilitar a un robot obsoleto y desahuciado. Los éxitos van llegando tras unos previsiblemente difíciles momentos iniciales...la clave del robot de la pareja de neovaqueros, tipos duros americanos a los que les gusta la pasta y la pelea, es que su forma de pelear es más humana, imprevisible. Y así se presenta el combate final que no es más que una lucha entre la técnica pura del robot campeón(Zeus, como no, programado y comandado por un asiático y con una remarcable patrocinadora y mecenas proveniente de Rusia, ojo al dato)y la humanidad y capacidad de lucha de los rudos americanos...al final los vaqueros, los self-made-mans son vencidos a los puntos pero la victoria moral es evidente. Hasta los aburguesados y pastófilos tíos del hijo antes abandonado van al combate y gritan. La emoción de la lucha también se contagia a una media novia de Jackman, una atractiva(la guapa Evangeline Lilly)gerente de un gimnasio, hija del preparador del boxeador Jackman. Al final los focos se apagan y podemos resumir las premisas: gusto por la autenticidad, por el espectáculo(contínuamente loado), por el dinero, por la pelea, familia reconstituida....el perdedor se rehabilita gracias a una máquina, gracias a una técnica que realmente venció por el hecho de añadir el componente humano, de ponerlo en su centro. Un buen resumen, a mi modo de ver, del lugar que el imperio quiere ocupar en el confuso siglo XXI. El vaquero, señores, no se rinde, solo se transforma y se reconstruyen mediante una nueva relación con la técnica y con el mundo hostil, que si bien siempre estuvo ahí, ahora parece haberse vuelto más amenazante al cuestionar la hegemonía del imperio. Have a nice day!

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