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martes, 17 de mayo de 2011

EL MOMENTO DE DON RUFIO DATURA



Tout le monde le constate...el viento de primavera lo mueve todo. A veces suave brisa, en ocasiones alegre ventolera, se va llevando los sueños y recuerdos del otoño. Antes salíamos de aquellas clases cansados y nocturnos. El esfuerzo recien comenzaba, acabábamos de plantar, de sembrar las vías por las que haríamos el recorrido del año. Planes, ideas, beneficios futuros y épouvantables. Todo se mezclaba en nuestra cabeza en aquel otoño rudo, espeso y preñado.

El paso del invierno no nos indicaba sino una mera continuidad, quizás agudizada algo por el relativo frío. Seguimos, we keep keeping on on the avenue. El trascurrir se nos hacía ágil, la burbuja consistente. Era nuestro mundo. Y, sin embargo, fue llegando la primavera. Con ella el sol que a veces ya calienta como el del verano. Y con el todos los esfuerzos de autrefois parecieron vanos, el camino se difuminó, la mente se nos fue a otro confín, atraído por el irresistible sopor de la ventana. Ella ofrece el nuevo mundo, ese mundo del verano. Lo conocemos ya. Sabemos que es sutil, efímero e inconsistente, de una incosistencia plata, como ese cuchillo sin fregar que desparecerá de nuestra vista en breves instantente. Y entro la duda, la duda del mundo, la duda de lo gris, la duda atemporal, el qué hago yo aquí. Y el todo se volvió lábil, circunspecto y centrífugo. Y, no obstante de nuevo, seguimos aquí en la frontera. No hemos terminado y ya nos hemos ido. ¿Acaso no estabamos así también en Noviembre?.La respuesta, puede, es evidentemente sí. Pero lo tiempos, las acometidas, eran otros. Y aquella determinación que percibimos ya lejana, de la que solo nos llega el eco, nos molesta. Nada ha terminado. Como digo siempre il faut toujours recommencer. Sigamos, sigamos, sigamos, sigamos, pero recordemos que el tesón da valor al tesón mismo, no sus resultados...cependant. ¿No será ese pero lo que en realidad nos molesta, lo que nos difumina?.

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