Hace algo más de un año que tengo esta entrada en la cabeza, si no más. La idea de base es simple: Barcelona se las ha ingeniado para que sus hombres y mujeres, sus infantes e infantas, siempre tengan delante alguna cosa esplendorosa. Lo he podido comprabar en mis cortos años por esta ciudad. En primero tenía a tiro de piedra el magnífico conjunto de Plaza España-Avda de María Cristina. Después me mudé a monumental y antes de entrar en el metro podía absorver la energía positiva de la sagrada familia. Incluso en el periférico barrio de Sant Martí se divisaba desde mi balcón la fabulosa Torre Agbar(aunque este monumento-edificio de Jean Nouvelle sea denostado por muchos). Ahora percibo en cada momento el influjo vigorizante del Arco de Triunfo. Creo interpretar, como ya habrán deducido, este hecho de una manera. Las mentes pensantes, los Joh Fredersen de la ciudad condal, han tratado de ir trufando la villa de edificios y construcciones extraordinarias. Y eso, al menos tal y como yo lo veo, permite a los hombres que en la urbe moramos pensar que siempre se pueden hacer las cosas mejor,que siempre se puede ir más allá, que podemos hacer algo grande y magnífico, nuevo y fundamental. Recuerdo al director de Eva, premio Goya al mejor realizador novel, hacer una loa de Barcelona al recoger el premio. Hizo mención a sus antepasados, que vinieron de una Córdoba paupérrima para buscar en consabido futuro mejor. Después definió al Barcelona como "la millor ciutat del món". Y es que con tanto estímulo positivo, tantas cajas de resonancia culturales y socio-imaginarias, no debemos sorprendernos que de los habitantes de Barcelona sean creativos, innovadores. ¿Qué referentes se tiene en la provincia durmiente y insípida?. Casi ninguno, y lo digo por experiencia. Hombres anonadados, silentes, subyugados, que quedan sumidos en el día a día, avasallados por la mediocridad reinante. Por contra en las grandes ciudades, que también tienen muchos problemas y defectos(por ejemplo creo que, una vez adquiridas ciertas experiencias juvenomedianaedaneras, la provincia es mejor para pensar; recordemos por ejemplo los grandes retiros de los romanos al agro y los tratados que esta situación han segregado)tratan de ir más allá de inspirar. Y no solo los monumentos son una plasmación material de esta política. El barsa es otro ejemplo de la búsqueda de la excelencia. ¿Hemos sonado acaso demasiado productivistas?. Puede.
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