Breve apunte, como no, electoral. La mesa en la que estoy es una balsa de aceite. El marido de una concejala del PP no deja de lanzar chanzas, pero no ofensivas sino bien intencionadas. El día va pasando sin incidencias...el personal va votando en paz. Llegamos al recuento...liderados por el sujeto antes mencionado, y con su mujer al lado, todo pasa alegremente, sin fricciones. Se corean los votos de la coalición equo-compromís, cuya cabeza de lista es de Crevillente. Se congratulan todos, entre voces de la presidenta que repite PP, PP, PP, una y otra vez, de que el PSOE no se haya hundido. Algunos nulos de caráter protestatario contra el senado, unos cuantos blancos, algo para UPyD, algo para Izquierda Unida.
Todos contentos...la nueva España de Mariano Rajoy va llegando pacíficamente. Interpleado, se me pide que sonría. He pasado casi todo el día entre lecturas sobre el sector editorial, pero salgo del autismo y acepto el buen clima. En el recuento de Senado, nominal, largo y tedioso, pienso en la guerra civil, en las contínuas guerra civiles que se ha dado en Hispania cada vez que un grupo quería quitar el poder a otro. No obstante, con treinta años de democracia, la cosa va mucho mejor. El congreso sale pluripartidista, Rajoy es presidente por mayoría absoluta, los nacionalistas triunfan en sus comunidades, el PSOE se hunde pero no del todo...hoy por ti, mañana por mi. Hemos conseguido, en definitiva, conllevarnos dolidamente, como decía Ortega. Los ganadores amenizan la sesión...han aceptado, mal que bien, los años de Felipe y de ZP. Ahora le toca a la otra España, a las otras España. No todos, a un lado y a otro, tienen tan buena fe. Sin embargo, yo me quedo con este clima generado en el distrito 3, sección 3, mesa B. Que pueda existir en la muestra de que hay espacio para un relativa madurez. Bienvenida sea....
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