jueves, 28 de abril de 2011
MI VIDA ES UN LADRILLO
Saludos. Este es un tema que creo que no ha salido en este blog pero que sobrevuela la vida hispánica toda. Y así nos ha ido. Yo, que siempre he vivido en el arco mediterráneo y además casi siempre en el hiperconstruido Alicante, lo tengo aún más claro. Algún amigo me llegó a decir: no te metas en la política municipal, es pura corrupción urbanística. Y es que claro, los ayuntamiento cubren unos servicios muy básicos con solo un 16% del presupuesto. El estado central adelgaza pero las ciudades no ven un duro...la autonomía deviene un nuevo tirano centralista. Y es que en España, siempre repito este dato importante, ha construido durante unos años 1 de cada 3 casas de la UE de 15.¿Cómo se puede sostener esto?.Aunque todo el personal hispano tenga 2 casas, que no las tiene, y los famosos giris(las suecas)compre en nuestra costa apartamentos barateros tipo masa(http://www.grupomasa.com/)las cuentas no salen.
Y es que nuestro pobre país, que llegó tarde a la sociedad de consumo(lo del 600 y todo el rollo)por culpa de las luchas intestinas y de régimen de Franco y su dichosa autarquía(Santiago y vuele a cerra España)y ahora tiene, como decía aquel, hambre atrasada. Toda la vida del españolito medio está determinada por esta pulsión; la propiedad de una vivienda parece ser el fin último de la existencia. ¿Cuántas parejas no creen sellar su amor con la famosa hipoteca?. Un país que ha vivido un sueño de crecimiento perpétuo, de sueño dorado, de gigante con pies de barro. El ahorro también se ha dirigido al famoso piso. ¿Inversión productiva?...para que, si las cosas suben y suben. Recuerdo hace unos 7 años. Un amigo me dijo:-mejor compro ahora porque cada año sube. Objeto totémico con el que cazar a la pareja eterna(¿Cómo acaba lo del piso con tanto divorcio?),calcetín ubícuo donde colocar las ganacias de toda una vida, leit motiv del trabajo diario(solo pago 300e al mes, lo mismo que pagaría del alquiler, eso si, los he de pagar los próximos 30 años)en ladrillo dichoso es el centro de mi vida. Tiempos de crisis, de movilidad, de busca de soluciones alternativas, de formación. Dejemos en paz el dichoso pisito. Inquenlé el dientey compreben. El ladrillo no se come señores.
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