Recuerdo levemente aquellas pretensiones de Agosto...anunciaba por entonces que este blog incluiría algo más de cine. Evidentemente todo aquello quedo en nada. No, más que en nada quedó en poco.
Hoy fui a la futurista y renovada zona de la avda. de Icària a ver Nader y Simin se separan. Me costó ubicarla en Irán. Me ha recordado a un cuento moral. En pocos personajes lo tenemos todo. Nada de efectos especiales ni persecuciones pero mucha humanidad, mucho ser humano con sus afectos y sus dilemas, con sus angustias y contradicciones. Estuve atento también al tratamiento de la religión y al retrato de la administración porque quería ver si el director arriesgaba. El amigo David Trueba nos aclara porque no lo hace y como esto le permite ser tolerado en su país y reconocido en occidente. Lo pueden leer aquí: http://wap.elpais.com/index.php?module=elp_gen&page=elp_gen_noticia&idNoticia=20111017elpepirtv_2.Tes&secc=gen
Yo destacaría la relación del protagonista con el padre, el tratamiento oblícuo pero eficaz del divorcio y ese juego metira-verdad que los adultos y los niños rodean sin llegar a quedar claro quien miente a quien. Los niños ven como sus mayores defienden el valor de decir la verdad pero al mismo tiempo la traicionan cuando les va en ello el pellejo...y así aprenden a mentir y mienten por sus padres.
Una película sobre la familia, el corán y el pecado, lo conflictual de las relaciones humanas(nada de buenos y malos, es digno de ver como de humanos y cercanos son aquellos que se pelean)el dinero, las ganas de sobrevivir y de dar amor a los que uno quiere. Lástima que uno haya de ir tan lejos para ver simplemente una historia cotidiana.
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