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sábado, 16 de julio de 2011

LA BELLE MORTE DU PETIT GREGORY



Last night I went to see a movie. Mi amigo Marc de los pirineos pasó a mi USB un film que él calificaba de diferente. El mediometraje en cuestión se llama "C'est arrivé près de chez vous". Es un falso documental belga francóphono. A mi modo de ver resulta muy interesante. Hecho en blanco y negro, ya engancha desde la primera secuencia. Hay que decir que lo he visto en francés sin subtítulo y por lo tanto he perdido parte del mensaje. Pero lo esencial ha quedado: Ben es un psicokiller particular. Mata porque le gusta, par robar la pasta y por diversión. Es un profesional de la muerte...un equipo de filmación decide grabar su vida, su intrigante día a día. Mujeres, niños, maridos, carteros, vigilantes...nada se le resiste. Pasa, no obstante, velozmente por cada muerto. No le importan, no le interesan. Un segundo después de matar está conversando cordialmente con el cameraman sobre cualquier cosa. Las escenas violentas se convierten en banales y se mezclan con pasajes en los que, con la mayor tranquilidad, conversa con sus abuelos que lo quieren mucho, pasa a saludar a amigos, hablan de arte, poesía y la vida en un bar...Un siente una rara dualidad. Ben es natural ante la cámara que lo sigue a todas parte. Se emborracha en un restaurante, vomita, toca el piano, canta, va a una exposición, da una vuelta por la calle, visita pisos mientras reflexiona sobre la violencia de los clasismos...sin embargo, señores, no es una historia de buenos y malos de esas en que el policía sigue de cerca los pasos del asesino buscando su error. La acción de la ley brilla por su ausencia. Ben no se preocupa por no dejar pistas, por tener coartadas ni chorradas de esas. Los enemigos únicamente surgen en escenarios inverosímiles, en casa, almacenes y fábricas derruidos de los que otros personajes violentos no identificados(PVNO)aparecen y disparan sin saber muy bien ni porque ni para que...uno de los miembros del equipo de rodaje es asesinado en uno de estos tiroteos. El equipo que lo sigue poco a poco va haciendo más amistad con él, especialmente un melenudo...beben, ríen con Ben y no parecen querer nada más que compartir una experiencia. Nada de ética, solo empatía. Hasta el espectador se acostumbra a ver al protagonista abandonar cadáveres enrollados y con peso suplementario en una especie de pantano. De aquí una de las secuencias más míticas...en una noche de cóctels en un bar habitual Ben desafía a los demás a preparar un "petit gregory". Se ata un terrón de azucar a una oliva y se le sumerge en gin. Pierde aquel cuya oliva sube el primero...la oliva es el cadáver y aquel que ató peor a su petit gregory tiene que ver como la oliva sube primero a la superficia y paga la ronda. Resulta que el petit Gregory era un niño real que murió extrañamente asesinado en 1984...habrá sido Ben?. Antes del desenlace final asistimos a otra noche de borrachera que acaba con la violación y asesinato de una pareja en la que, visiblemente integrado y desinhibidos, participan los profesionales del cine...despiertan dormidos en el suelo, con los cadáveres descuartizados al lado. Se acabó la juerga y hay que ir al pantano de nuevo.

No obstante, con el paso del tiempo, los errores aparecen. Y es que lo sorprendente es que uno tiene la impresión de que Ben no calcula, se guía por el instinto, quizás aceptando su destino...la caída empieza con un combate de boxeo del que Ben sale muy maltrecho. Débil sale del hospital con ansias de sangre y falla al intentar rebentarle la cabeza en la calle a un cartero. Acaba en la carcel...pero no piensen que el orden se impone...no sabemos ni como ni porque lo vemos de nuevo libre tras unas breves declaraciones de un juez muy repeinado. No obstante, la suerte se ha torcido...el pantano se vacía súbitamente y hay que enterras las decenas de gregorys....cuando parece que se va a reaundar la serie de asesinatos se encuentra Ben en otra de estas casas vacías y ruinosas. En un plano típico, recita otra poesía ante la cámara...pero esta vez no hay persecuciones trepidantes. Ben recibe un tiro y vemos gracias a la cámara como todos los miembros del equipo son asesinados por balas que vienen de no se sabe quien. La cámara queda en el suelo inerte y cansada de tanta sangre.....es interesante el detalle de que los protagonistas no se hallan cambiado el nombre en el film: Ben se llama Ben, Remy Remy y Pascal Pascal. Y es que, como dice el título toda esta violencia gratuita, libre y sin sentido, se da près de chez nous. La domesticación de la violencia, como dice Habermas, es un logro precario de la humanidad y hay que seguir trabajando en ello. Ahí está Ben para recordarlo....

http://www.francesoir.fr/actualite/societe/petit-gregory-l-histoire-sans-fin-28073.html

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