Este año se cumple ya diez de mi primer viaje prolongado y solitario al extranjero. Elegí un clásico, Londres. Ya había ido rescatando algo del pobre inglés que deja el bachillerato yendo en el verano del 1999(creo)a la academica Wall street institute, que ya murió. Estaba situada en un emplazamiento interesante, en esa plaza que está justo detrás de la plaza de la muntanyeta que tiene un acuario con peces.Ya buscaré el nombre y lo pondré en una postdata. Bueno, como decía me fui allá tras un verano y un curso de septiembre a Mayo en la academia alicantina, a pasar un mes de Julio, creo.
¿Qué recuerdos tengo?. Vivía muy cerca de victoria station en una habitación de esas que se alquilan en un piso donde todo o casi todo era estudiantes. Teníamos una nevera y una cocina en común, aunque yo no cocinaba nunca. Allí conocí a Raj, un tío muy legal de estos indios superingleses. También a dori, una andaluza amiga de la hija de felipe González, que no sabía nada pero nada de inglés. Tuve que hacerle de asistente todo el viaje...también descubrí que, sin saber como, hablaba inglés. Pero sobre todo, viendo el viaje con perspectiva, descubrí iberoamérica. No solo me di cuenta allí de lo que era la comunidad hispanohablante sino que conocí a unos cuantos brasileños que hacían buenas migas con nosotros. Conexión ibérica por lo tanto. No me maté a hacer turismo. Otro cayeron enfermos por comer mal y rápido y querer visitar todo. El personal me preguntaba pero yo, por aquel 200, no tenía ni móvil ni mail. Pasábamos muchas tardes en un pub llamado Elusive camel y yo era el único de unos 20 al que no le gustaba la cerveza. ¿Qué más?...evidentemente sí fuimos a las 4 cosas que hay que ver pero yo recuerdo mejor los sitios donde comía, a una francesa que se enfadó con nosotros porque siempre estábamos hablando español, una discoteca en la que no entendí que cerraran a las 3 am. Yo acababa de terminar primero de carrera y conocí a un ruso que nos habló de las muchas identidades de su país. Él no se sentía ruso sino del volga, él era gente del volga. Y es que esto es normal cuando vives en un estado que es un continente..busco el elusive camel(27 Gillingham Street, London SW1V 1HP) y ahora está pintado de blanco. Yo lo recuerdo verde y como más abierto, claro yo fui en verano. También aprendí que en méxico les llaman duraznos a los melocotos y que traducen los nombres de los científicos y filósofos, diciendo por ejemplo Carlos Darwin o Guillermo Hegel....¿Qué más?. Recuerdo el día que llegué...baje en victoria station y aunque estaba muy cerca di muchas vueltas. Me recuerdo relajado sentado en un banco con mi maleta y mi raqueta. Prentendía jugar en hierba pero no lo conseguí. No mantengo contacto con nadie de aquella época aunque hace un par de años o tres me encontré con bárbara de méxico en Valencia en la estación de tren y luego nos vimos en Barcelona. Recuerdo haber ido a Nothing hill, un barrio especial, haber buscado el museo se S.Holmes sin entrar dentro(no sé porque), recuerdo una pachanga futbolera en un parque de esos con inmensos campos de hierba, recuerdo que todo era muy caro, recuerdo el super y ir poco a poco acostumbrándomé a ver gentes de tantas razos y pintas, recuerdo la pizzería de la avenida, recuerdo dos compañeras una alemana y otra polaca y mi amigo rodrigo de Chile, a quien acompañé a comprarse unos zapatos. Recuerdo y recuerdo, recuerdo mucho más de lo que parece y si hiciera un esfuerzo recordaría más. Pero no se trata de recordar sino de captar una época. Y repito: el mayor descubrimiento que hice en Londres fue el castellano.
Por otra parte he de decir que hace mucho tiempo que no voy a Inglaterra ni al Reino Unido, ni a Irlanda. Aunque el inglés es la lengua que he estudiado con más intensidad hace tiempo que no investigo ni me intereso suficiente. Quizás la vuelta al idioma será un repaso a Londres un día de estos o una visita al imperio, un imperio que tanto sale en mis papeles estos días en que escribo sobre la UE. Recuerdo también una visita a Edimburgo bastante fallida en verano 2004(?).Tuve que salir de allí por piernas expulsado por la plena ocupación hotelera de un festival de verano. Fui para Liverpool una semana solo y a beatelear un poco. También vi a mi buen amigo el filósofo Daniel Holt, que estudió en Murcia conmigo años atrás. Del verano en que fui a Dublín en 2003 ya hablaré otro día. Mi afrancesamiento es patente y a pesar de que he hecho mis esfuerzos creo que sigo sin penetrar en el alma británica. Habrá que volver a empezar....
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