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domingo, 8 de agosto de 2010

¡MAZE!, LA INTRIGA MILENARIA



Ya conseguido mi objetivo de encontrar piso, camino relajado por Barcelona. Me he enterado por bcn.cat que en el CCCB hay una exposición sobre laberintos. Allí me entero que desde las 15h no se paga. Me doy una vuelta por la plaza reial(ya habrá tiempo de llegar a la plaza de San Jaume). Algo pasadas las 15h comparezco. Empiezo la exposición por el final y poco a poco me cautiva, me va haciendo apelaciones múltiples, puntiagudas y peligrosas. En un vídeo nos muestra fragmentos de films y recuerdo gracias a él una película llamada Tron. Ya la buscaré...

Se nos van apareciendo las diferentes formas de laberintos, su significación, su evolución a través del tiempo. Un dato que no sé si entendí bien y que me parecio curioso, erróneo o descabellado: los laberintos que cuenta con revueltas, trampas y calle sin salida solo aparecieron en 1400. Muchas otras cosas interesantes: el laberinto como reto al que nos enfrentamos, el centro como objeto sagrado de búsqueda. En él siempre se encuentra aquello que es más importante. En el caso antiguo, el minotauro.La necesidad humana de ponerse a prueba, de retar al laberinto. ¿Acaso no es la vida un laberinto que nos presenta muy numerosas encrucijadas?. ¿Cuántas veces no pensamos en los caminos que nos dirigier hacia cierto lugar?. Otras reflexiones: el universo como supermegalaberinto del que no conocemos el centro, ni la estructura. Mientras recorro la laberíntica estructura de la exposición me voy sintiendo más atrapado. El laberinto genera angustia, nos encontramos perdidos, queremos salir o llegar a nuestro destino. Si no lo conseguimos algo malo nos va a pasar. Morir hambre por ejemplo.

En la exposición, en un un lugar dado, ha colocado un laberinto pequeño con hormigas dentro, que se puede observar. Los bichejos salen al principio, en la puerta. Se pueden observar los cadáveres de las hormigas que se adentraron demasiado un no pudieron volver. Solo se mueven aquellas que están cerca del inicio. Aviso a navegantes....

No somos todos acaso el único espermatoziode de dios sabe cuantos miles de miles que salió de laberinto llegando al centro?. Me gusta llegar a nuevas ciudades e ir descifrando el laberinto, ir aprendiendo a orientarme, a conectar zonas y reconocer referencias. Me gusta ir por donde nunca antes fui, tengo ansia de perderme. Perderse te lleva a equivocarte y aprender. Cuando una camina lento y pesado por su ciudad de siempre, por sus calles de referencia de toda la vida no atiende. Sus sentidos están atenuados, nada los estimula.¿Para qué si ya un día que ni ya recuerdo aprendí el camino?. Salgo del CCCB. La ciudad me parece un laberinto, como aquellos de cesped. Los edificios van conformado los pasadizos. ¿Qué hecho acaso estos días buscando una habitación?. Resolver un laberinto, buscar un centro desde el que aprehender Barcelona. ¿Las lenguas, señores, no son acaso también laberintos donde intentamos encontrar el centro que es el sentido?

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