Hemos cambiado de nuevo de sustrato y esto se nota. Dejamos Barcelona, no se sabe por cuanto tiempo, por Alicante. Las distracciones, las estructuras en las que los hombres nos incardinamos, son otras.
Y es que uno no deja de ser un personaje rodeado de escenarios, de contextos con los que se interactúa. Y es también la persona humana animal de costumbres. Cuando vuelvo por aquí recupero una vieja manía: la observación participante en una comunidades, no tan primitivas, conocidas como consumistas.
He ido dos días seguidos al Centro Comercial l'Aljub, único de estas características en la ciudad de Elche. Aunque es cierto que desde su apertura ya hace años se ha sumado el Corte inglés y que el entorno comercial que gira alrededor de Carrefour(antes continente)y que cuenta con Sprinter, Decathlon, Mediamarkt y otros similares, la localidad ilicitana no están saturada como la capital de provincia, que debe de tener el mayor índice de Centro comercial por persona.
Pues bien, visité l'Aljub porque quería estar en Eroski, gran hiper de tipo Carrefour en el que nunca había hasta ahora puesto los pies.
Siempre he considerado que es importante de tanto en cuanto hacer una incursión en uno de estos complejos porque, después de todo y nos guste o no, son los verdaderos lugares donde la sociedad actual se nutre de significados simbólicos. La nueva ágora, donde no se discurre sino que se compra, contiene una serie de ideas fundamentales sobre el hombre, el otro y, sobretodo, sobre como la relación de ser humano con la mercancía y con el acto salvífico de la compra que da sentido al todo social. De nuevo Eliade, con su demostración nos ayuda a entender que lo sagrado en el ser humano no se crea ni se destruye, solo se transforma.
¿Cuáles son los mensajes a los que uno está sometido cuando penetra en el espacio de venta?. Tu eres el rey, te lo mereces todo, viva tu ego, limpia aquí todas tus fustraciones, disfruta, eres el mejor....apelaciones contraculturales a la megapersonalidad siempre, no obstante, dirigidas a un único fin. Para llegar a ser tu mismo, amigo, necesitas esto que te vendo. Esta americanización social total avanza sin para y nos coloca frente a un discurso hedonista que dificulta la educación, la cohesión social, la solidaridad. Hemos de preguntarnos en todo caso si hay en nuestra esfera social actual un aprendizaje más temprano y radicalmente central que el relacionado con la compra, con el consumo, con la construcción de sentido vital a partir de la posesión y apropiación del objeto.
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