Hoy mismo, en el curso de libro 2.0 de la UPF, citaba Martín Gómez citaba las conversaciones de el editor italiano Enaudi de S. Cesari, editado en español por la excelente colección tipos móviles de Trama editorial, ya citada aquí.
Pues bien, al ser el país transalpino el invitado de la FLM12 no podía faltar una semblanza de la figura de esta editor singular. Paso a resumir lo que se dijo de este prócer itálico en el pabellón del banco Sabadell.
El ponente fue Walter Barberis, asistente del divo Enaudi durante muchos años. Lo primero que enfatiza es la diferencia entre este editor y los dos grandes del negocio en Italia, Rizzoli y Mondadori, que comenzaron como tipógrafos y representan un modelo que se ajusta más al tipo platónico de "self-made-man"(sermeiman, que decía mi bisabuelo)y Enaudi, que es hijo de un profesor de universidad especializdo en economía y que cuenta con una fortuna personal considerable.
Enaudi, pués, nació rico. Abandonó la medicina por los libros...no tiene gran experiencia pero cuenta con una gran biblioteca. Empezó su andadura en los 30', en una Italia donde dominaba el fascinos musolinano.
Nos habla también Walter del logo de la "casa editrice", que es un struzo que se traga un clavo. Representa el espírituo constante que digiere lo más duro...el slogan o moto es "spiritus durísima coquit", ni más ni menos.
Pasa después Barberis a comentarnos algo más detalladamente los intríngulis de la casa Eunaudi. Este editor, que apostó siempre en Italia por una vía del desarrollo capitalista avanzado con EEUU como referente, se caracterizó por ser innovador y arriesgado. En un cierto sentido, comenta Walter, esta modernidad editorial chocaba con su snobismo personal, de caire conservador y elitista.
Las reuniones editoriales de Enaudi se realizaban los Miércoles y estaba prohibido hablar de perspectivas de ventas y de mercado. Realmente, nos dice Barberis, Enaudi no hablaba mucho. Prefería organizar la conversación y gozar de la polémica, del alarde dialéctico de las tertulias que reunía. Eunaudi buscaba libros caros y elegantes.La forma de selección de aquello que se publicaba se me antoja aleatoria, basada en el olfato y en cierta orientación moderno-capitalista-innovadora, como ya dijimos antes.
Nos comenta también Barberis una rocambolesca historia que explica como llegó a ser asistente personal del editor. Se envolvía este de una especia de aura, no hablaba a la mayoría sus empleados y sometía a pruebas inverosímiles al personal para que este le mostrara su lealtad. Habla Barberis de paseos en coche sin rumbo, en los que durante horas Enaudi lo ignoró. Solo manteniendo su silencio consiguió ganarse la confianza de jegazo. Me pareció que el conferenciante dibujaba un universo selecto, de los happy few, una especie de secta editoria con pretensión, con anhelos de excelencia. Y todo esto lo digo a "correcuita", basándome en impresiones vagas e inciertas.
Concluye Barberis diciéndonos que actualmente el sello Enaudi conserva su independencia dentro de Mondadori,grupo que le permite ser independiente porque es rentable.
Hoy mismo, en el curso de libro 2.0 de la UPF, citaba Martín Gómez citaba las conversaciones de el editor italiano Enaudi de S. Cesari, editado en español por la excelente colección tipos móviles de Trama editorial, ya citada aquí.
Pues bien, al ser el país transalpino el invitado de la FLM12 no podía faltar una semblanza de la figura de esta editor singular. Paso a resumir lo que se dijo de este prócer itálico en el pabellón del banco Sabadell.
El ponente fue Walter Barberis, asistente del divo Enaudi durante muchos años. Lo primero que enfatiza es la diferencia entre este editor y los dos grandes del negocio en Italia, Rizzoli y Mondadori, que comenzaron como tipógrafos y representan un modelo que se ajusta más al tipo platónico de "self-made-man"(sermeiman, que decía mi bisabuelo)y Enaudi, que es hijo de un profesor de universidad especializdo en economía y que cuenta con una fortuna personal considerable.
Enaudi, pués, nació rico. Abandonó la medicina por los libros...no tiene gran experiencia pero cuenta con una gran biblioteca. Empezó su andadura en los 30', en una Italia donde dominaba el fascinos musolinano.
Nos habla también Walter del logo de la "casa editrice", que es un struzo que se traga un clavo. Representa el espírituo constante que digiere lo más duro...el slogan o moto es "spiritus durísima coquit", ni más ni menos.
Pasa después Barberis a comentarnos algo más detalladamente los intríngulis de la casa Eunaudi. Este editor, que apostó siempre en Italia por una vía del desarrollo capitalista avanzado con EEUU como referente, se caracterizó por ser innovador y arriesgado. En un cierto sentido, comenta Walter, esta modernidad editorial chocaba con su snobismo personal, de caire conservador y elitista.
Las reuniones editoriales de Enaudi se realizaban los Miércoles y estaba prohibido hablar de perspectivas de ventas y de mercado. Realmente, nos dice Barberis, Enaudi no hablaba mucho. Prefería organizar la conversación y gozar de la polémica, del alarde dialéctico de las tertulias que reunía. Eunaudi buscaba libros caros y elegantes.La forma de selección de aquello que se publicaba se me antoja aleatoria, basada en el olfato y en cierta orientación moderno-capitalista-innovadora, como ya dijimos antes.
Nos comenta también Barberis una rocambolesca historia que explica como llegó a ser asistente personal del editor. Se envolvía este de una especia de aura, no hablaba a la mayoría sus empleados y sometía a pruebas inverosímiles al personal para que este le mostrara su lealtad. Habla Barberis de paseos en coche sin rumbo, en los que durante horas Enaudi lo ignoró. Solo manteniendo su silencio consiguió ganarse la confianza de jegazo. Me pareció que el conferenciante dibujaba un universo selecto, de los happy few, una especie de secta editoria con pretensión, con anhelos de excelencia. Y todo esto lo digo a "correcuita", basándome en impresiones vagas e inciertas.
Concluye Barberis diciéndonos que actualmente el sello Enaudi conserva su independencia dentro de Mondadori,grupo que le permite ser independiente porque es rentable.
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