domingo, 20 de mayo de 2012
EL PÁIS DEL SUEÑO AZUL
Este fin de semana cambién de sustrato y ello evidentement influye sobre lo que uno piensa y sobre lo que acaba escribiendo. En Alicante podemos sentir de forma más diáfana el sentido del turisteo del que hablábamos hace pocas entradas. Mientras que en Barcelona aún podemos pensar que las gentes del mundo que acuden a nuestro país, aportando una parte importante del eso que llaman el PIB, lo hacen no solo para disfrutar del sol y beber barato, en Alicante esta verda desnuda se impone. Yendo en coche por la macro urbanización(más bien es un pueblo)llamada Gran Alacant, en el término municipal de Santa Pola, uno piensa que aquel país cutre que se encuentra en las novelas de Eduardo Mendoza vive de construir la falsa tierra de los sueños para nuestros vecinos del Norte. Construimos y construimos, proyectando sueños de una vida mejor en un paraíso de cerveza barata, comida buena y sol infinito. Mientras pasan sus tediosas horas de trabajo millones de ciudadanos de la Europa central y del Norte sueñan con nuestras playas, piensan que harán en verano cuando vengan a visitarnos. ¿Pero qué pasa si la cosa va mal, si el trabajo escasea y no se puede acceder a mundo ilusión?. El sueño hispánico se tambalea y no podemos seguir viviendo de alimentar los anhelos de nuestros vecinos. Y nos damos cuenta, en definitiva, que vivíamos del cuento.
Encuentro un paralelismo entre esta historia del "sweet dream" que se convierte en pesadilla y lo ocurrido en el Mutua Madrileña Madrid open 2012. Érase una vez un torneo que no existía pero que tenía detrás a la capital de un país que no soportaba no tener una semana de tenis de alto nivel. Como es sabido el tenis es el deporte individual más popular del mundo y las ciudades más exclusivas que se quiere posicionar globalmente necesitan estar en la lista de citas. Aprovechando esta necesidad el antiguo jugador de hockey hielo Ion Tiriac realiza propuestas a las autoridades y sponsor. Primero se le ocurrió poner modelos a recoger pelotas. ¿Dónde queda el modelo de cantera que llevaba a permitir a los chavales pre-tenistas ver a sus ídolos de muy cerca y pasarle bolas a Federer antes de sacar?. Todo se sacrifica a la espectacularidad, se hace lo que sea por dar que decir. La última que se le ocurrió a Tiriac para que el torneo de Madrid destacara es poner tierra batida azul. Ésta permitiría que la bola se viera mejor en TV y sobre todo distinguiría a Madrid de cualquier otro torneo del mundo. Queda claro que se apuesta por el show ante todo y que si tenemos que sacar miles de millones de donde sea para que las mejores raquetas mundiales vengan a un torneo de muy reciente creación, convertido gracias a las gestiones de los Tiriac-Santana en un Máster 1000, pues se hace. Resultado: pista impracticable, monumental cabreo de Nadal, la supuesta pista de tierra se convierte en una superficie rápida que beneficia a los jugadores de pista dura en plena temporada de tierra,etc. Pero, como nos decía Carlos Moyà en un artículo de "El país", Nadal necesita los 1000 puntos. Ya entramos en un juego de póker, en una lucha por la notoriedad sin atender a otras consideraciones. Las cosas se pueden hacer de otra forma, miren si no el Conde de Godó de Barcelona, un torneo serio, que sabe ocupar su lugar y ser lo que es. Otro dato curioso a recordar: la misma jugada la intentó el open de Valencia. Yo llegué a ver una votación en la web del periódico superdeporte para eleguir el color de la tierra(rosa, púpura, narajan chillón,etc). Pero como casi siempre la capital del Turia se quedó en un quiero y no puedo y se libró así del ridículo, quedando el asunto en un intento de ser un petit-Madrid. Como tantas otras veces, citemos a Calderón: y es que los sueños, sueños son.
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