domingo, 18 de septiembre de 2011
A KEY PAINFUL INVENTION?
De nuevo claudicamos ante la rabiosa y enorme actualidad. Pero como siempre, esta concesión es solo parcial o eso nos gustaría pensar. Y es que los MMCC, apocalípticos como de constumbre, nos despiertan alarmados cada día:-¡Despierte ciudadano de a pié!, ¡El mundo se hunde, el euro se va pique!, ¡es el fin!, ¡Nos atacan los mercados!, etc,etc.
A mi el tema de la moneda siempre me ha parecido tan extraordinario como incomprensible. En un libro que subrayo algunos días "The economics of European integration"(Richard Baldwin, MacGraw-Hill)se aclaran algunos aspectos cruciales: la regla de la imposible trinidad, las condiciones de una unión monetaria óptima, las contradicciones internas en el caso de shock asimétrico...se nos va contando la historia bastantes veces mencionada: el patrón oro(total o el "gold exchange rate"), el colapso de los 30', Bretton Woods, la serpiente monetaria europea, y el SME, y finalmente, desde 1999-2002, el euro que ahora sufre.
Las ventajas y desventajas de una moneda común se van desgranando: como los europeos necesitábamos cierta estabilidad nos fuimos pegando al marco alemán desde 1986. El gran Jacobo Delors animó al personal ha hacer de iure aquello que hacían todos de facto. Así, con el empuje del Acta única europea(1986)todo el camino hacia la "single currency" se fue cerrando con Maastricht.
Pero, de fondo, aún son enormes los problemas: diferentes regulaciones de los mercados de trabajo, divergentes estructuras socio-económicas, tradiciones, modelos sociales, formas de vivir en definitiva. Y es que lo que las élites han ido creando, la UE, siempre ha adolecido de un carácter verdaderamente completo. Todo se hace a medias, se ven las ventajas obvias con la globalización que se nos viene encima pero no se está dispuesto a explicar a la gente de que va el asunto. Al menos no del todo. Y sin un modelo social armonizado(¿por lo alto, por lo bajo?)sin unas políticas fiscales coordinadas, sin unas variables macroeconómicas que realmente se respeten, no iremos a lado alguno. Y claro, en el fondo lo que asusta es el pecado mayor: la falta de construcción de una comunidad política solidaria. Este es el castillo de naipes que los mandarines, con más información sobre lo que pasa en el globo realmente, han ido creando. Pero claro, si preguntaban al pueblo, como en 2005 en Francia y Holanda, este tumbaba los necesarios avances. Vaya paradoja. ¿Todo para el pueblo pero sin el pueblo?. Los líderes en el fondo son nacionales. ¿Soluciones?. Yo solo puedo aportar la mía: la cultura, una cultura única reconstruida que genere una única opinión pública común, que decida realmente crear un proceso constituyente que no será clásico y tendrá miles de problemas. Pero, si como dice José Ignacio Torreblanca, ha de haber un polo europeo en el mundo multipolar, no hay elección. Así los alemanes pagarían con más gusto el desastre griego y los finlandeses se olvidarían de las sociedades intermedias de Luxemburgo para recuperar su pasta. Disculpad mi osadía...
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