sábado, 22 de enero de 2011
EL ENCUENTRO
Ayer salimos un poco. Aterrizamos sobre las 23'30h en el Quiet man, carrer de l'Unió. Uno de los dos franceses con los que vivo va cantar hip-hop. A falta de un plan mejor allí recalamos. La cosa se va animando y el show no está mal. Sobre las 2'30h el N2 me trae al piso por la plaza de tetúan.
Sobre las 10'30h de la mañana oigo gente llegar. Unos 5-6 franceses han decidido usar el salón como after. Es obvio que no se han acostado aún. La verdad es que no molestan. Ponen la música baja y en realidad ya estaba por despertarme.
Me levanto y desayuno. Voy haciendo mis cosas...poco a poco van cayendo como moscas sobre colchones, sofases,etc. Dos valientes quedan despiertos...ninguno de los dos es mi compañero de piso. Hago una breve aparición en el salón. Son las 14h y aún me está pidiendo tabaco; sus paquetes yacen en el suelo agotados. Pero ellos aún tienen energia. Me preguntan lo básico y les digo que estudio un máster sobre la UE.
La discusión amistosa es breve pero animada. Uno está muy cansado, tanto que al mitad de la conversación se va a dormir. Este segundo sujeto no hace más que repetir:-C'est un truc économic, c'est pour les entreprises. Con esta idea trata de clamar los ánimos del otro, que discrepa en serio pero de forma más inteligente.
Yo enseguida reconozco al personaje. Es de los que votaron no en 29 de mayo del 2005 y acabaron con la constitución europea. Ahí está, gorra de cuero, cruz y figura de medialuna sobre su camiseta negra. Argumenta bien y va desplegando todo el pack: los franceses eran antes de la UE la 3ª potencia mundial, Bruselas pone en riesgo la política social francesa. Dice algo así como:-a mi me han enseñado que hemos tenido que luchar mucho para tener lo que tenemos. Nosotros sí somos dueños del estado francés, pero ahora somos esclavos de bruselas.
No reconoce la posibilidad de ceder algo de soberanía. Para él es todo o nada. No es posible tener una ley para 27 países. Un francés no puede gobernarse por la ley de un sueco. La soberanía no se comparte.-Mais c'est qu'un truc economique, merde, vuelve a repetir el otro. Pero mi amigo de la gorra y yo sabemos que no es verdad. No es una cosa económica. Hablamos de política. Finalmente sale un argumento radical. Nos dice nuestro soberanista:-para mi el pueblo no puede ser esclavo de nadie. Si hay alguien que me quiere hacer esclavo eso solo se puede solucionar con la guerra. Lo siento pero es así. Yo, diplomática y con menos ganas de polemizar que mi compañero que no ha dormido pongo paños calientes y alabo el sentido profundo de la libertad y de la combatividad de los vecinos revolucionarios. Es evidente que no comparto los puntos básicos, pero ya saben. Algunos, no sin razón, me hubieran vuelto a decir aquello de centrista en plan insulto. Yo no pensaba que fuera lugar ni momento; de todas formas estoy contento. Casi seis años después hablamos yo y mi viejo antagonista. Vive l'Europe!!
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