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martes, 20 de diciembre de 2011

EL TIEMPO DE MI FELICIDAD

Hace bastante que me pregunto, como lo que lee esta bitácora saben, del por qué de tanta technomanía, technoobsesión, technolocura exacerbada. En los libros y artículos sobre el mundo del libro y el audiovisual resuena sin cesar una palabra màgica que se supone que lo cambiará todo: digital. Lo digital parece ser la panacea, la nueva forma que ha tomado la promesa eterna de felicidad humana que antes hicieran los Dioses(con mayúsculas)y que ahora parece haber quedado en manos de los geeks y tecnolocos. Se me ha ocurrido una idea evidente y simplista para explicar este afecto desmedido, esta obsesión ubicua. Ayer en el mentro un señor de unos sesenta miraba fijamente, constantemente un nokia viejo cuya pantalla se mantenía pegada al resto del terminal por un trozo de celo bien visible. Yo me quedé mirando a ver qué miraba...estaba mirando un calendario y pasaba con el cursor los día, uno a uno, sin cesar. Lo hizo durante unos largos minutos, yo creo que sin motivo alguno. La lucecita brillante, la tecla apretada una vez y otra, la reacción rápida y obediente de la máquina lo fascinan, nos fascinan. En medio del caos, de la gran ciudad incomprensible, inabarcable, del metro atestado, del ruido, de una sociedad que ha renunciado a toda ética, que ha abandonado el sueño de la ilustración y solo cree en la vertiente hedonista del progreso, quedamos abandonados y nos refugiamos en la máquina, en ese gadget que nos responde al instante. Esta forma de comunión nos reconforta, nos relaja, nos hace sentirnos poderosos. Ahí estoy yo en un mundo que controlo...deslizo los nombres de mi agenda, accedo estúpida y fugazmente a páginas que no me interesan, whatsupeo la última tontería. Muchas veces me he soprendido como la gente mira el facebook en el movil en el metro. No leen nada o casi nada....solo veo como pasan hacia arriba y hacia abajo fotos con texto. No se fijan casi, zapean por la vida de los demás pero esta no es el centro de la actividad. En realidad aquello que les interesa en su relación con la máquina, servil, instanténea, luminiscente. Y es por eso que, en este mundo vacío, cuando las tecnologías falla viene la ira. ¿Cómo que no funciona?. No lo soporto, no lo puedo soportar..mi mundo perfecto, el único en el que me siento plenamente poderos, verdaderamente reconocido, me es negado. Y es terrible, no lo soporto y corro a la tienda de la esquina ráudo para encontrar rápidamente un sustituto....

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