No le llamaremos jaloguin, aunque la tv haya conseguido inundar nuestras calles de brujas y calabazas anglosajonas. En mi pueblo sigue conservando el viejo sentido. Los familiares, especialmente las mujeres, se acuerdan de sus muertos, de aquellas personas que nos dejaron pero que aún están con nosotros.
Yo de quien más me acuerdo es de mi abuela materna, AAR. Sobre todo de su afición al fútbol. Era del madrid, yo soy del barsa. Con sus le Cock sportif se marcaba unos chutes de gol. No le caían bien los del atlético, igual que a mi los del español.
Recuerdo los redondos que hacía el domingo, algún que otro gazpacho y su postre estrella, que no recuerdo exactamente como era, pero creo que era pastel de moca.
Recuerdo, no recuerdo. Los recuerdos se borran poco a poco, necesitamos ram para lo nuevo. Si no podemos olvidar no podremos aprender. Pero claro, no debemos olvidar todo. Hay cosas que no podemos olvidar. Pensé en mi abuela cuando ganamos el mundial. Ayá donde esté, que lo disfrute. Y aunque hoy el Hércules perdió en Alicante con el Madrid, somos campeones del mundo. Y con buñuelos y huesos de santo, como obstinadamente quiso mi madre, celebremos el día de nuestros santos. Las mujeres, milenariamente, acuden a limpiar al cementerio. Como mandaba Fuster y su montañeta dels sants.Què som?, Què serem?
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