Hicimos el viaje(ni siquiera anunciado aquí)sobre la mitad de Julio. En primera instancia pensamos en alojarnos en S.Sebastián pero los precios nos disuadieron. Se nos ocurrió quedarnos en Pamplona e ir a Donosti. La vía más clara para llegar era Zaragoza. Por segundo año consecutivo hicimos una breve visita a los maños y a los tíos de clara. Ya va siendo costumbre de verano estar por la plaza del Pilar meditando sobre el avenir. La estación de las delicias, que integra tren y bus, fue nuestro centro de operaciones. Llegamos muy pronto a Iruña-Pamplona a pesar del típico niño llorón con madre pesada en el asiento trasera.
Lo primero que me sorprendió es verlo todo escrito en bilingüe. No creía que Pamplona fuera tan vasca. Llegamos en bus al centro a nuestro hotel, que estaba muy bien. Dimos pronto unas revueltas por las calles peatonales. Se estaba filmando una película de Boliwood con toros incluidos así que vivimos algo de un encierro que no hacía mucho había inundado la villa(el día 7, el día que el santo patrón iluminó a Puyol para eliminar a Alemania). Vimos el ayuntamient, la diputación, el parlamento navarro, la parte comercial, el parque de la ciudadela, las patatas con ajo del burgalés...nos compramos una funda de móvil de la creación local: el simpático toro del kukumusu.¿Qué más?. Vimos la plaza de toros y dimos unos cuantos redeos...al día siguiente teníamos que partir a Donosti. Pero la cosa se complicó. Durante todo el viaje, y esto lo recordaremos, estuvimos pendientes de mi destino para el curso siguiente. Historias de ordenadores, contraseñas ocultas, locutorios y familiares nos rodearon todo el viajes. La cosa acabó con mi destino en Badalona confirmado cuando volvimos a Valencia. Pero esta fue una historia tangencial...quedémonos con las calles de Pamplona(que también recorrimos al día siguiente al dilatarnos y dejar san sebastián para el día siguiente). Si me das una peseta entrarás en el jardín.
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