En la calle se mueve despacio, como meditativo.Tiene que estar un número de horas y darse un vuelta por una zona determinada.Unos llevan los cascos para escuchar música y rádio, otros no.El nuestro no los lleva.
Mirando el suelo, recoge dos colillas, se deja dos más.Ostensiblemente las deja allí, no hace ademán de recogerlas.A simple vista alguien normal que no es barrendero como yo piensa que está haciendo dejación de funciones.Pero no es así.Hay mucha basura que recoger: pañuelos de papel lanzados discretamente, paquetes de tabaco agotados ergo inservibles,zumos varios,algo envuelto en papel de periódico...
¿Recoger todo?.Imposible...la escoba discreta se desliza por el suelo y sabe que hace su trabajo, recoge lo que puede, hace lo que debe.¿Y si no lo hiciera por una semana?...sería el caos total.Lo vimos en una huelga en Málaga hace unos años.La no recogida de basura llevó a la ciudad a un estado de sitio.Esta es la paradoja del barrendero: recoger sin recoger, luchan sin vencer del todo.Es el Toutjours recoméncer, es el eterno retorno.
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