Arenales 2019…podría ser cualquier
año, esta historia se repite una y otra vez.
La playa en
agosto es pura “insociable sociabilidad”. El calor lo marca todo, la peña
quiere bañarse, estar fresca, disfrutar de ese mundo de fantasía que es la paya...
Una de los
problemas de la humanidad es que todos queremos lo mismo al mismo tiempo. En
verano, estas calles de arenales tan desérticas y tranquilas el resto del año
se llenan totalmente, quedan abarrotadas de...¡Coches!, sobre todo coches.
En la
provincia de Alicante hay tan poco transporte público que, aunque algunos buses
viene a arenales procedentes de Alicante o Elche casi todo el mundo, yo diría
el 90% de la gente, viene en coche.
Y claro, el
coche hay que dejarlo en algún sitio...aparece entonces uno de los grandes
problemas de nuestras saturas sociedades postmodernas: encontrar aparcamiento.
Ya lo dijo Ortega, es la rebelión de las masas.
Todos tenemos
derecho a tener un coche, todos tenemos dinero más o menos, un cochecito lo
tiene casi todo el mundo. Pero claro, ahora ya no tenemos un coche por familia,
como cuando el famoso 600, ahora tenemos un coche por persona. ¿45 milones de coches
en España? Díficil de gestionar, de aparcar, de lidia con toda esta
contaminación....7000 millones de personas=7000 millones de coches?, con eso el
planeta sí que no puede lidiar, eso seguro.
Pero claro,
nosotros tenemos coche,¿vamos a decir a los demás habitantes del mundo, a los
indios, a los chinos, a los africanos, qué no pueden tener un coche?,
difícilmente les convenceremos si nosotros no dejamos de actuar como hasta
ahora....
Pero me estoy
desviando de la cuestión de hoy, ya me ha salido el típico post de
enviedebarcelone que es 70% introducción vaya.
Quería hablar de mi esquinita, la esquinita famosa del edificio Gran
bahía, sita en la confluencia de la avenida San Bartolomé de Tirajana y la
calle Isla de Menorca.
Mi esquinita,
nuestra esquinita, la esquinita de todos. La gente ha dado vueltas y más
vueltas...aparcar requiere orden, concierto, dejar el coche en un lugar legal,
habilitado, donde no moleste, Pero claro, en un contexto saturado eso es muy
difícil...y bueno, si en realidad solo voy a para un momento a dejar a la
familia cerca de la playa, justo al final de la avenida por la que acabo de
llegar a arenales no pasa nada...total, solo es un momento. ¿Dónde paro?, pues
aquí hay una esquinita en la que no molesto a nadie.
Los más lanzados
así piensan; o más bien piensan poco y solo desembarcan, para un momento, dejan
las puertas abiertas, van descargando, esperan a la abuela, al niño que tiene
que bajar la colchoneta, Juan ha dicho que venía pero tarda, puede que haya ido
a comprar un helado. Pero es que la esquinita está muy cotizada
amigos...hoy mismo vi a la policía aparcar ahí.
Buen ejemplo
para los demás, vaya. En la esquinita se puede aparcar básicamente en tres
sitios. Pegado a la cera no molesta para salir del vado; está mal aparcado y
ahora multan, ya nadie se atreve a dejarlo ahí, pero no molesta al vado...luego
lo puedes dejar justo delante de la puerta del vado, y es que el vado, y esta
es una de las cuestiones clave a la hora de hablar de “La guerra de la
esquinita”, no lo ve mucha gente, simplemente aparcan, lo dejan un momento,etc
Luego esta la zona
excluída, delante de los pivotes verdes. Hace unos 5 años no había pivotes
verdes y la gente lo dejaba ahí. Ahora el ayuntamient pintó de amarillo la zona
t la protegió con unos bolardos verdes, de esos de plástico. Pero resulta que
la gente, la que a Ortega no le acababa de gustar, ha ido dando golpes a los
bolardo y ha chafado e inutilizado 2 de ellos, dos estratégicos, claves,
los de las puntas, y ahora se puede medio meter el coche dentro de la zona
excluída, este año vi a varios hacerlo.
Como decía la
gente no ve el vado....pero nosotros, que tenemos la suerte de tener la
salvación del garage, lo tenemos muy en mente claro. Sabemos que cada vez
que tengamos que salir o entrar va a ser la guerra...gente pasando por en medio
sin mirar, el coche de policía mal aparcado, un coche negro haciendo marcha
atrás que te tapa la salida, y, al lado de los bolardos, otro haciendo la
operación de carga...descarga habitual. Poco a poco vas sacando el morro y la
gente se da cuenta del que el vado existe, de que te está impidiendo salir, de
que puede ser que moleste. La gente enseguida lo va sacando, pero hay que ir
con mil ojos, el niño que se cuelta, la senyora con la colchoneta, el repartido
que ha aprovechado la esquinita y está dejando las cervezas en el bar
Gran Bahía o en “La mar salá”, que sustituyó al clásico, “Bar jamón”...te
incorporas con cuidado, yo ya he aprendido a no enfadarme, voy lento y salgo
casi siempre sin problemas..
He entendido
la psicología de la esquinita, esa necesidad de asalvajarse un instante, de
soltar los institintos entre tanto orden, tanta gente, tanta opresión del yo,
opresión de un ego ex pansivo, lúdico, que viene de Madrid o Ayamonte y ha hecho
cientos de kilómetros para llegar a los Arenales de Sol pero no puede aparcar...y ese “homos playerus” no
resiste la tentación y para, acapara, abusa, okupa, la esquinita, nuestra
esquinita, la esquinita del conflicto, ese punto de encuentro, ese lugar de
todos y de nadie, es centro de la polémica, ese oasis de libertad y descontrol
en un agosto overcrowded, sobrepoblado...ese bálsamo para la ansiedad que te
permite, por un instante, dejar el coche donde sea, sin pensar y avistar el
objetivo que durante meses de trabajo, tuviste en mente...llegar a la playa, al
mar, al descanso, al momento para ti, al “aquí si soy yo mismo lejos del jefe y
la oficina”.
Todo esto y
mucho más es lo que transmite la esquinita, pura metàfora del deseo humano,
puro lugar donde el orden se vuelve descontrol, puro lugar donde, por un
instante, el “homo playerus” siente por un instante que todo es suyo, que puede
gozar de verdad y que, tras muchos meses de negociar pulsiones con el
otro, puede tenerlo todo y ser todo. La playa, ese lugar metafísico...y el
umbral, ese topos de transición simbólica del mundo ordenado del trabajo, de un
mundo dominado por las normas y el otro, el umbral, la puerta que te da acceso
a ese paraíso tanto tiempo soñado, no nos engañemos, ese lugar es la esquinita,
nuestra esquinita, la esquinita de todos.
Salut que se
acaba el verano, dwww