viernes, 7 de junio de 2019
Llega el verano y la fiesta del chivo
Fin de curso, fin de ciclo. Nosotros no vamos con el año natural, lo que sería poco natural...en la escuela aún respetamos el ritmo de las estaciones. Y es que llega el verano, esa estación tan diferente, ese paréntesis vital, ese momento donde uno se diverge y todo es posible.
Última semana de exámenes de la ESO, la PAU está echada. Ha pasado un duro ciclo electora, Generales y elecciones a la Comunidad Valenciana en Abril, el 28 fueron creo, y municipales el 26 de mayo pasado, hace apenas quince días. Ha caído el alcalde de Crevillente, Cesar imperator, tras 24 años.
Pero no quiero hablar de eso. Agotado, apago el televisor. Quiero evitar la pulsión de la información actual, esa mentira del regate corto. Pensar, hoy más que nunca, requiere desconectar del mundo flujo...la escuela se apaga, ya hemos votado. Ahora toca desaparecer y leer, también ir dejando la actividad pública alicantinista, con la tertulia "La terreta" de la librería Pynchon and Co, que ahora se traslada del local; estará cerca, en la calle Segura.
¿Y qué pasa cuando puedo permitirme descansar, dejar de huir, pisar la casa sin temor y apagar la política, el twitter y el televisor?....obviamente no dejo de leer y escribir, leer y escribir es mi vida. Aquí estoy, escribiendo de nuevo. Lo que ocurre es que todo se realentiza y las historia divergen, se vuelven más mansas y calmas.
Tuve la suerte, rastreando la interminable biblioteca de mi padre (de mis padres a decir verdad, mi madre también tiene cientos de novelas)de dar con "La fiesta del chivo" de mi siempre Mario Vargas Llosa. Alfagura, año 2000...la estoy leyendo de corrido, habla sobre el dictador dominicamno Leónidas Trujillo. Muy buen libro...y es que cuando una apaga todo y busca ficciones lo asalta américa, iberoamérica, américa latina, claro.
Me pasó también al buscar un film, vi la insulsa "Roma" de el mexicano Cuaron. Mucho ruido y pocas nueces, no merece comentario a mi modo de ver. Ahí tengo aún, en el piso-refugio de la calle pintor Velázquez, el mapa de América Latina. Ese era mi territorio soñado cuando trabajaba en Librosensayo.com. Quería ser un manuel Gil y explorar mi dimensión americana, no pudo ser, puro fracaso. Pero México, Colombia, el Perú, me asaltan a cada paso cuando busco ficción en español.
Todas estas historia de Gabo y Vargas son muy atractivas, sobre todo me interesa las que tiene a dictadores como protagonistas, como "El otoño del patriarca". En algunos aspectos me recuerdan a Franco, aunque el la américa hispana todo es mucho más florido, rocambolesco y novelizable.
Se acaba el verano, tiempo de desaparecer y leer...dejemos la política un instante, bifurquemos lecturas. Ahora es la mejor época, ese junio en que uno empieza a sentir lo que son vacaciones...tengo ganas de quedarme en el Crevillent vacío. Estamos en contacto, daremos noticias.
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