Saludos lectores,
De nuevo en Barcelona envie de Barcelone resucita. Estoy pasando unos días de fin de mes que quiero sean más relajados y culturales que mis presencias anteriores, más dirigidas por una afirmación ortegiana(Ortega, siempre Ortega)que no me abandona: "La vida es prisa".
Pues bien, entre prisa y prisa, entre ahogo y ahogo, entre lucha y lucha, carrera y carrera, nos queremos parar a pensar un rato de nuevo. Esta vez hablaré muy brevemente de Google. Y es que todas estas nuevas compañías de internet, como se ha afirmado por aquí ya en muchas ocasiones, han encontrado una moneda que tiene valor para ellas pero que la gente de a pié no valora y por tanto gasta a expuertas. ¿Negocio redondo para todos?: me refiero a la privacidad.
Mi primo Antonio, en cuyo piso del carrer Coll del Portell me quedo estos días, se bajo por indicación de nuestro común amigo Esteve el asistente virtual de Google Siri. Acabo de caer que mi comparación de este algoritmo saca datos con las sirenas quizás a sido inconscientemente siguerido por la similitud de su nombre con el de aquellos animales mitológicos. ¿Nos avisan cínicamente los tramposos empleados del Dios Google de su estratagema de forma deliberada?. Sería el colmo....
Pues bien, la bella asistenta es servicia, machista y complaciente. Únicamente pretende ayudarte, por supuesto de forma gratuita: facebook es gratis, twitter es gratis,etc...te llama guapo y busca todo tipo de información. Te insiste para que le preguntes más cosas, para que la uses más y así pueda aprender. Sus gafas inocentes te arrastran hacia la nueva muerte, hacia esa roca con la que chocaban los marines que no podían resistir sus cantos y se dirigían hacia su segura perdición. Y esta nueva muerte es más sutil: te van llevando de la mano, te van animando a que des más y más datos sobre ti. Nos dice wikipedia que: las sirenas (en griego antiguo, Σειρήν Seirến, ‘encadenado’, relacionado quizá con el sánscrito Kimera, ‘quimera’) son seres fabulosos. En la mitología griega eran ninfas o deidades marinas, y se las describe como mujeres hermosas con una cola de pez; hechizaban a los marineros con sus hermosos cantos.
Aunque en su forma en vasos las muestran como híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más común las describe como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas, como Tritón. Es por ello que muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica (inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid, alemán Meerjungfrau).
Las nueva cadenas se tejen de forma diferente pero nos atenanzan igualmente. Tu vida será más fácil, todo estará sincronizado. Eso sí, sincronizado por mi, Google, el nuevo Dios que mediatiza toda la información. Y es que le cuadro blanco, la caja transparente e inmaculada que nos permite libremente encontrar lo que queramos esconde una nueva realidad: las nuevas imposiciones pasan por condicionar y controlar los protocolos que nos sirven para conectarnos con la información.
Siri, inocente, te conmina a cambiar su apariencia, su tono de voz...te pide paciencia, confianza. Puede ser una gran compañera, te da servicios premium si le hablas a tus amigos de ella...etc. Y es que estos nuevos cantos, estas llamadas a la perdición, pasan hoy por el verbo compartir. Compártelo todo a través de mi sistema, dime todo sobre ti, dame permiso para entrar en tu vida, en tu mente. El escollo contra el que chocaremos antes de hundirnos es más sutil como comentamos pero no por ello deja de llevarnos también al naufragio. PD: agradecemos desde estas línea a Google su gentileza por permitirnos publicar este artículo desde esta plataforma de su propiedad, blogger y le regamos que no deje de registrar estas ideas con sus robots para conformar mi particular perfil...todo pura #mineríadesentimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario