viernes, 17 de agosto de 2012
LUCES Y SOMBRAS DE LA RED
Continuamos desdoblados. Hoy decidí, a causa de la saturación, darle a mi otro yo un descanso. Leer twitter es caótico....por una parte ciertos usuarios te dirigen a artículos interesante pero en general son demasiados estímulos desordenados: citas inconexas, comentarios personales, retuits. Hay mucho caos, mucha confusión. Todo está conectado y los textos se vuelven tan enlacados que es un laberinto. Es, desde luego, otra forma de leer, otra forma de vivir.
Mientras mi yo matutino lee informes sobre el uso de youtube en las editoriales redactados por anatomía de la edición mi ego vespertino, ya menos flash, acaba de terminar "Llums i ombres de la ciutat" de nuestro amigo Lluís Duch. Lo compré hace unos 15 días en la librería de publicaciones de la Abadía de Monsterrat, en la calle Ausiàs Marc, justo al lado de mi antiguo piso.
De sus 472 he sacado algunas conclusiones útiles, si bien esperaba que estuviera relacionado en mayor medida con la urbe. Con estos escritos trato de dar el contrapunto a mi experiencia hiperconectada...estar un rato off gracias al papel. Recientemente leí un artículo de un tal Craig Mod donde llamaba al libro convencional "el gran artefacto inmutable" o algo así. Yo creo que los necesitamos para seguir pensado, y mucho.
Para mi muchos libros son mandatos, misiones de vida. Lo fueron en su día aque librito que hablaba de la necesidad de realizar una "outstanding contribution", se llamaba "Lasting contribution" y era de Tad Wadington.
Últimamente uno de los mandatos-texto que más me obsesionan es el recogio en La cultura-mundo, de Lipovestky y Gilles Serroy. Como dije ya por aquí algunas veces necesitamos "civilizar" la cultura mundo globalizada surgida de internet. ¿Cómo generar algo coherente con youtube?, ¿cómo poner estos instrumentos a veces aberrantes al servicio de la ilustración?.
Es el deber de gente como nosotros comprender internet, estar en internet, dar sentido a internet. Para que no todo en él sea comercio, profit y commodities. Los propios libros se están viendo cada vez más arrastrados por esta dinámica....quizás la cosa comenzó a ir en serio con el bolsillo pero las novelas de amazon a 0'99 van un paso más allá.
¿Qué aprendimos de la mano de Duch mediante la lectura?. En primer lugar que el hombre es un ser ambiguo por naturaleza. En segundo lugar que es constitutivamente cultural, ineludiblemente cultural. La humanidad construye vida social, sentido, mediante símbolos. Para llevar a cabo esta tarea ha de empalabrar el mundo...y las nuevas redes electrónicas nos ponen frente a un océano de inabarcable inasibilidad. El mundo se globaliza, esto es, se economiza. Toda la vida social es monetizada y se ve sub especie dolaris. Se ha pasado de la entronización de la mercancía(W.Benjamin)a la comercialización de la vida y las relaciones humanas...en facebook todos somos el producto.
Como dice Duch participar en la nueva sociedad es estar bajo control eletrónico. De nuevo ser es ser percibido. La identidad se fragmenta, somos 1000 yo que usamos plataformas sin espacio. Vivimos un tiempo del pensamiento tecnologizado, mercantilizado. Por cada programa tengo un yo desprovisto de ética. Soy un usuario que más que persona es "machine à vivre"(Le Corbusier). Las relaciones se deshumanizan, se hacen desestrucutradas, postomdernas. Nada significa nada, nadie se compromete a nada...estamos en un no espacio sin tiempo humano(p.376)
Solitarios, nos sentimos omnipotentes. Es el sueño de consumidor posesivo del american way of life. Somos dioses ya que las nuevas TIC nos permiten atributos divinos: ubicuidad, instantaneidad, inmediatez(p.365). Dejamos para otra día las consideraciones sobre la ciudad...ya se cargó en streaming mi nueva serie sobre ROMA. No puedo escribir tranquilo, otra ventana me espera. Adiós.
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