La primavera ha llegado.Muchos empiezan ya a pensar en la inminente aparición del verano.Quedan estos meses de transición abril-mayo.Ahora lo que se nos viene encima es semana santa, tiempo de tradición y quizás de cierto flashback.Los hombres una vez cada año recuerdan la muerte y resurección de jesús. Recuerdan también así atávicos caracteres de su identidad que hunden sus raíces en la reconquista.
Tiempo de reencuentros pues, de visitar el pasado, de sentirse comunidad en la fe.Hablaré más de las semana santa estos días.No obstante ahora quiero comentar una curiosa visita. La emgración a la capital provincial o regional o a las grandes urbes de Madrid-Barcelona ha dejado el pasado de muchos en el pueblo. El otro día en mi casa se dio un curioso ejercicio de recuperación de la memoria.Un primo lejano de mi padre le pidió una visita para, en compañía de una tía lejana, reconstruir el árbol cronológico de la familia. Es curioso, solo viviendo en alicante, a unos kilómetros de Crevillente, como puede uno estar apartado de sus raíces.Durante largas horas, reunidos los tres en un ambiente particular con humo y copas, haciendo llamadas para confirmar datos, fueron rehaciendo la historia de ancestros hasta confirmar nombres y fechas de nacimiento de nietos que se casan ahora.Las familias, los recuerdo se cruzan.La sociedad se va entretejiendo con sus relaciones intermitentes, con profesiones, manías, hábitos, lugares de reunión. Fue un momento en el que el tiempo entró en una situación excepcional,se abrió al abismo del pasado, se quedó fuera del mundo.Fue, en definitiva, como la semana santa.Cristo vuelve a vivir un calvario y muchos lo viven con él diciéndose sin saberlo quien son.
Esta semana ha muerto AS.Fue un gran hombre, modesto, sencillo, trabajador, que nunca buscó tres pies al gato y siempre fue de cara.Gracias a él se forjaron generaciones de hombres buenos que ayudarán a mantener un mundo mejor entre nosotros.
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