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martes, 26 de enero de 2010

PARIS JE T'AIME(5)










Hace días que no escribo.Líos varios...Los días en París parecen lejanos.Mucho más lejanos que hace unos diez días.¿Parece mentira?.Solo hace unos 20 y pico días que estuvimos por allá y ya parece otro planeta, otro tiempo, una realidad irreal.Nuestra realidad cotidiana ha vuelto a insertarse en nosotros y parecemos no concebir nada más.

Los días en París, las sensaciones, se van mezclando en un todo.No obstante de nuevo las fotos nos permiten reestablecer la secuencia temporal.Creo no equivocarme cuando digo que eran nuestro quintó día en la ciudad de la luz.La jornada anterior habíamos decidido ir al bosque-bois de boulongne.Estaba lejos así que cogimos el metro...cuando llegamos hacía bastante frío(posiblemente sobre -2.Al estar a las afueras, ya sobre las villas perifércas que no son propiamente París, la ciudad no nos proteguía del frío. Anduvimos un rato por el prebosque pero el frío y el miedo de Clara a volver a mojarse los pies nos hizo entrar a un parque inesperado, de nombre también inesperado: se llamaba el parque de acomulación. Lo he buscado en internet para asegurarme de que era real. No lo he encontrado por lo que no podemos descartar su inexistencia...aunque había que pagar para entrar nos decidimos.Resultó ser un parque de atracciones antiguo, como los de la ferias de cuando éramos niños.Nos recibieron unos espejos de esos que deforman.Tras unas cuantas fotos curiosos avanzamos. Comenzamos a pasearnos entre atracciones: el laberinto espejos, varias modalidades de tiro al plato, el famoso caza el pato, la tómbola, los cochecitos, carruseles de varios tipos...estabamos como en un lugar pasado, cautivo del tiempo.Fue un rencuentro agradable aunque no nos decidimos subir a nada...nos olvidamos algo de frío y fuimos recordando viejos tiempos y haciendo fotos.

En uno de los momentos más memorables del viaje Clara compró un ejemplar del no siempre bien ponderado "barbe à papa"(osea un algodón de azucar).Recargados de nostalgia nos fuimos alejando de allí...tras unas vueltas por la periferia decidimos ir a las galerías la Fayette.Llegados en metro comprobamos como aquello era una especie de mega-corte inglés con montones de las mejores marcas de moda.Tras un largo paseo pasamos sin comprar nada a las plantas superiores donde había objetos para decorar y chorradas de diseño varias.Hicimos un parón largo para comer en un chino, de nuevo arroz y sopa picante. Volvimos a caminar entre objetos que olían bien.Clara finalemte compró unos bombones con una caja bonita que se podría utilizar.Subimo finalmente al tejado para ver una buena panorámica del centro. Al bajar a la calle entramos un rato en una tienda de Nespresso.Aunque no era muy tarde ya no sabíamos muy bien que hacer. Decidimos pasear sin rumbo y compramos algunas cosas para la cena de nochevieja. Ante mi insistencia algo vacía de contenido de que había que hacer algo nuevo, una vez teníamos la cena ganada, nos embarcamos en el metro para ir a un lugar que yo quería revisitar: el barrio de negocios de "La defense".

Allá que nos fuimos de nuevo con el metro. Al bajar el recibimiento fue extraño: un frío muy acusado(yo creo que -3 o más)con muy alta humedad, añadido a la situación de nuevo periférica del emplazamiento y a los macroedficios y la iluminación ténue nos colocaban de nuevo en un escenario extraño.A mi me recordó a las películas tipo matrix.Parecía que habíamos viajado hacia un futuro próximo, hacia una tierra fría e hipermoderna. Aguantamos unos quince minutos por allí y vimos desde bajo el gran edificio en forma de cubo, que tanto me gustó la otra vez. Finalmente, congelados, huimos de allí.

De nuevo en el metro, sin sentirnos las orejas, optamos por beber cerveza.Volvimos al hôtel para preparar la cena.Sin más novedad y ya entrados en calor cenamos nuestra super-cena-del-super por segundo año consecutivo y nos preparamos para ir a oir las campanadas en algún sitio.

Por la proximidad y por no querer puro mogollón fiumos a notre dame.Llegamos como quince minutos antes de las doce.Unas ciento cincuenta personas estaban por allí.La mayoría bailaban un son medieval con tambores y otros instrumentos. Gente de todo el mundo que seguro que no sabía donde ir como nosotros iba llegando.Los había de todas las edades aunque los jóvenes era los que estaban en grupos más grandes.Las 00'00h fueron llegando.Sin saber muy bien cuando pasamos al 2010 exactamente se fueron sucediendo las cuentas atrás semiespontáneas en unos 5-6 idiomas.No hubieron campanadas.Los coetes disparados al aire eran varios, no había unanimidad.Fueron unas "campanadas" globales, desestructuradas que me hicieron pensar en el ceremonial de la puerta del sol y en como los del año nuevo el algo totalmente dependiente del contexto cultural y de la sociedad organizada. En nuestro microcosmos quasi-nada-organizado en notre dame percibí una unanimidad antropolígica: las ganas de sentirse tribu de todos aquellos hombres de cientos de países que respondían a atávicos anhelos danzando frente a la catedral más famosa de Europa.

Tras la supuesta llegada del año nuevo nos dirigimos hacia un pub.Pero Clara se fue encontrando mal(por suerte no fue nada)y finalmente enfilamos moufettard y llegamos al hôtel sobre la 1 am.¿Un día largo verdad?

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