sábado, 18 de enero de 2020
TURNING PEASANTS INTRO FRENCH: UN MATINET EN LA OCA
Nada, casi un tuit, voy a escribir sobre esto. Mi padre, el Antoine como lo conocen el la Oca, tiene una tertulia en pastelería la Oca. Recuerdo el gozo que me producía ir con él cuando estaba en Barcelona, en el exilio del 2016-17 o algo así.
¿Quiénes van?: Fausto, Ramón el calvo, El cayetano Ateco...pero lo importante es que, vaya o no vaya nadie, mi padre siempre tiene tertulia con los habituales. Los camareros Enrique (de Elx, barrio de la rata), Manolo ex-savi que se vino del Savi-correos a la Oca.
Mi padre se trasladó con él y ahora siempre aparece, cada día, 7 de siete....pues bien, lo que quería escribir (por impaciencia no describo el ambiente crevillentino de estos desayunos tardíos en el entorno Oca-Plaza caballo)hoy versa (trago de coca-cola de Vainilla, 13,26, pronto empezará al guerra) sobre el servicio militar.
Ahora que esto inmerso para mi otro blog en el siglo XIX español me acuerdo de aquella frase de aquel libro que todos citan: "From peasants into frenchmen" le llaman todos...habla de la experiencia de nacionalización de una población más bien rural, de su estatalización a partir de su paso por el ejército, verdadera escuela de Patria para los hombres del XIX y XX.
El servicio militar homogenizada, regulaba, españolizaba al personal. Los desplazaba de su terruño local y los mezclaba con otros jóvenes en su misma situación.
Eso que leo en Álvarez Junco y otros lo veo en la Oca, lo escucho en la Oca de manera viva, concreta...¿Cómo pasó?.
LLegamos a la Oca el sábado pasado, 18/1/20 y allí estaba el Fausto. Como suele pasar entre hombres sale el tema se la mili. Fausto cuenta sus historia de paracaídista en Albacete, volvía para jugar al balomnano con permiso...Le pagaba el club de handball de Crevillent la guardias que perdía y se las hacía una de León, que le llamaba al Fausto "Maciá"...
Y es que la mili me recuerda a la ciudad y los perros de Vargas, a tirar contra y a esas cosas. Fausto juró bandera, ahí tenemos un tránsito de madurez, un ritual patriotico-mágico. Todo juraron bandera, como juró mi padre que por España se fue a las Canarias, o sea a África.
Enrique-camarero, Enique-Elx, Enrique-barrio de la rata, nos cuenta la suya de Melilla. Funcionario de prisiones hizo, nada más y nada menos.
Entro acuarios y cola se come la tapa de paella de pota Fausto y contamos historia de la puta mili. Y yo pienso en mi generación, que ya se libro...¿Qué nacionalización para nosotros? Por suerte nos queda la escuela, pero qué escuela nacionaliza para qué nación? La de Torra, la de Marzá, la del españolizar del ex-ministros aquel cansino que era sociólogo, Wert, qué tipo!
Y así vivo esta experiencia que aprendí en los libros de voz de personas reales y cercanas y, un finde más, pienso en España y sus vértices.
A más ver
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