Gante
Ya he vuelto de Bélgica...he retornado cansado, muy cansado. Quizás demasiado...¿demasiadas caminatas tal vez?. ¿Estoy perdiendo la costumbre de viajar solo?. Me he encontrado desorientado aunque es verdad que me exijo demasiado a mi mismo en estas incursiones exploratorias y suicidas.
Sea como fuera, haciendo balance, el viaje no estuvo mal. Hay que pensar que desde el verano, a parte de una excursión libresca a Barcelona, no iba a ningún lado. Estoy en fase introspectiva, me lo pienso antes de moverme. ¿La lectura de CB Han y su sociedad de cansancio me ha hecho replantearme mi forma de ser stajanovista y productivista?. Desde luego no se puede decir que no haya interiorizado las dinámicas la sociedad de rendimiento...
Pero este post tiene que ir más sobre el viaje a Bélgica. ojo. Ya había estado en Portugal, Francia. Italia, Alemania, Holanda, Reino Unido e Irlanda...se podría decir que Bélgica era el último país que me quedaba por visitar de Europa occidental. ¿Por qué lo dejé para tan tarde a pesar de mi europeismo y de haber intentado antaño trabajar para la Unión Europea?. Ni idea...de hecho me decidí a ir a Bélgica cuando en realidad estaba buscando una forma de llegar a Lyon.
Cuando vi que se me proponía enlazar vía Bruselas para llegar a Lyon (absurdas paradojas de la oferta y demanda aérea) me dije ¿Y por qué no ir a Bélgica?. Así acabé pasando del 10 al 14 en el país de los belgicanos.
Bélgica es un poco como la rotonda, el intercambiador de Europa. Aunque en teoría debería haber tenido la misma sensación en los Países Bajos no recuerdo haber experimentado este sentimiento de estar en un lugar mixto...el constante bilingüismo de la capital belga nos hace recordar en cada lectura de cartel que estamos en un país complejo y paradójico. Capital de la unión más extraordinaria que ha existido en política es a su vez la ciudad-centro de un país pequeño pero dividido...de nuevo queda claro en complejo destino del viejo continente que, si bien ha dejado de destruirse a si mismo, no acaba tampoco de encontrar una vía de concordia e integración.
Bruselas está en Flandes pero al convertirse en capital se fue afrancesando y el francés es ahora la lengua que domina la ciudad.Bélgica es un país pequeño y está situado entre tres grandes potencias europeas que se ha disputado la hegemonía mundial: Francia, a la que le une una relación muy estrecha, Gran Bretaña, a tiro de piedra por mar y la potente Alemania que siempre la invade cuando entra en guerra con los galos. Sucede con Bélgica lo mismo que con Holanda: son los primeros interesados en que la paz reine entre sus gigantes vecinos porque en caso de conflicto serán los primeros en ser arrasados. Han interiorizado este destino haciendo de la necesidad virtud: si mis tres semanas en la Haya me sirvieron para conocer estas contradas húmedas y diplomáticas en Bruselas he observado como esta ciudad se ha ofrecido para ser punto de unión entre los pueblos de Europa. Hasta la OTAN cuenta con unas instalaciones en Stad Brusel. Espero recoger la fuerzas para hacer un par de entradas más sobre este viaje. Ahora toca dejarlo por hoy...