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lunes, 15 de diciembre de 2014

Bélgica, rotonda de Europa

Gante

Ya he vuelto de Bélgica...he retornado cansado, muy cansado. Quizás demasiado...¿demasiadas caminatas tal vez?. ¿Estoy perdiendo la costumbre de viajar solo?. Me he encontrado desorientado aunque es verdad que me exijo demasiado a mi mismo en estas incursiones exploratorias y suicidas.

Sea como fuera, haciendo balance, el viaje no estuvo mal. Hay que pensar que desde el verano, a parte de una excursión libresca a Barcelona, no iba a ningún lado. Estoy en fase introspectiva, me lo pienso antes de moverme. ¿La lectura de CB Han y su sociedad de cansancio me ha hecho replantearme mi forma de ser stajanovista y productivista?. Desde luego no se puede decir que no haya interiorizado las dinámicas la sociedad de rendimiento...



Pero este post tiene que ir más sobre el viaje a Bélgica. ojo. Ya había estado en Portugal, Francia. Italia, Alemania, Holanda, Reino Unido e Irlanda...se podría decir que Bélgica era el último país que me quedaba por visitar de Europa occidental. ¿Por qué lo dejé para tan tarde a pesar de mi europeismo y de haber intentado antaño trabajar para la Unión Europea?. Ni idea...de hecho me decidí a ir a Bélgica cuando en realidad estaba buscando una forma de llegar a Lyon.

 Cuando vi que se me proponía enlazar vía Bruselas para llegar a Lyon (absurdas paradojas de la oferta y demanda aérea) me dije ¿Y por qué no ir a Bélgica?. Así acabé pasando del 10 al 14 en el país de los belgicanos.


Bélgica es un poco como la rotonda, el intercambiador de Europa. Aunque en teoría debería haber tenido la misma sensación en los Países Bajos no recuerdo haber experimentado este sentimiento de estar en un lugar mixto...el constante bilingüismo de la capital belga nos hace recordar en cada lectura de cartel que estamos en un país complejo y paradójico. Capital de la unión más extraordinaria que ha existido en política es a su vez la ciudad-centro de un país pequeño pero dividido...de nuevo queda claro en complejo destino del viejo continente que, si bien ha dejado de destruirse a si mismo, no acaba tampoco de encontrar una vía de concordia e integración.

Bruselas está en Flandes pero al convertirse en capital se fue afrancesando y el francés es ahora la lengua que domina la ciudad.Bélgica es un país pequeño y está situado entre tres grandes potencias europeas que se ha disputado la hegemonía mundial: Francia, a la que le une una relación muy estrecha, Gran Bretaña, a tiro de piedra por mar y la potente Alemania que siempre la invade cuando entra en guerra con los galos. Sucede con Bélgica lo mismo que con Holanda: son los primeros interesados en que la paz reine entre sus gigantes vecinos porque en caso de conflicto serán los primeros en ser arrasados. Han interiorizado este destino haciendo de la necesidad virtud: si mis tres semanas en la Haya me sirvieron para conocer estas contradas húmedas y diplomáticas en Bruselas he observado como esta ciudad se ha ofrecido para ser punto de unión entre los pueblos de Europa. Hasta la OTAN cuenta con unas instalaciones en Stad Brusel. Espero recoger la fuerzas para hacer un par de entradas más sobre este viaje. Ahora toca dejarlo por hoy...

lunes, 8 de diciembre de 2014

CABALLOS Y MALESTAR EN LA CULTURA EN MURCIA


Algunos meses de silencio, vaya usté a saber porque.Mi otro blog y mi otra web cada vez me ocupan menos tiempo, estoy tratando de reestructurar todo un poco. Pero bueno, aquí estamos en la entrada número trece de este más bien poco "barcelonero" 2014. Quizás no sea la última si me animo porque del 10 al 14 de este mes de diciembre daré el salto a Bruselas para visitar el último país de Europa occidental que me falta por ver...con los amigos belgas que tengo y aún sin aparecer por allí, jajaj.

Seguramente envie vuelve porque huelo este viaje...desde que fui a Milán en diciembre 2013 no he salido de Hispania. Parece como si, cuando siento acabar el año, necesitar salir del laberinto ibérico para airearme un poco.

Pero hoy he venido a hablar someramente de una obra que vi en el teatro Circo de Murcia. Parece que, acompañado por mis ansias de revisitar la "otredad", quiero recuperar mi agenda cultura abriéndome a sur: Murcia, Cartagena, Almería quizás en fin de año, veremos. Por otra parte quiero explorar la comarca alicantino-valencia de la Marina, esta otro frontera entre los mundos de Jaume I y de Jaume II.

Pero dejemos la geopolítica histórica y pasaemos a la ya anunciada obra teatral. Se trata de "Equus": http://www.teatrocircomurcia.es/programacion/evento/433/title/EQUUS/categoria/2/temporada/10 una pieza de los 70 representada por una compañía semi-profesional alicantino-valenciana.

En Equus un joven con problemas psiquiátricos ciega una serie de caballos en un establo con un punzón. El psiquiatra que lo trata, verdadero protagonista de la obra a mi entender, intenta entender el por qué de esta absurda acción. Poco a poco va descubriendo las complejas y castrantes relaciones del chico con sus padres: su madre es religiosa y le infunde el temor de Dios. Su padre es algo severo y lo limita, generándole tabúes relacionados con el sexo.

En el trascurso de la terapia el joven va descubriendo también las carencia del psiquiatra: en su normalidad aparente el doctor va comprendiendo que vive una vida anodina, no quiere a su esposa y ha abandonado el deseo...ya no se interesa por la vida ni por el deseo, se arrastra por la existencia curando locos, volviéndolos tan normales y insípidos como él. La fiscal que le trae el caso al doctor insiste: hay que curar al chico, hay que evitar que sufra. Pero...de qué sirve ser normal y no sufrir si no se vive y se muere sin haber tratado de vivir la vida.

Los caballos son los dioses del joven, que los ha fundido en un juego de metáforas esquizoides con un Dios y un padre posesivos, que todo lo ven y le impiden desbocar sus pasiones: cabalgar, hacer el amor salvajemente, correr, desear, desgarrarse en su afán por vivir la vida.

El misterio se descubre al final: cegó a los caballos al no poder soportar su mirada al intentar follar en el establo con una chica. Pero la resolución de enigma no es importante...lo verdaderamente relevante es el dilema que se le plantea al psiquiatra, que observa claramente como la sociedad potencia "el malestar en la cultura" del que hablara Freud para cimentar una convivencia que necesariamente pasa por la represión de las pasiones y deseos viscerales. Represión parcial y necesaria, añado yo...pero esto ya es introducir un componente político y la obra lo deja de lado. Pasamos una buena tarde...Visca Múrcia i Visca el teatre lliure!