Martes festivo, me escapo por este blog de envie...parece que estoy escribiendo siempre los días 7 de mes, aunque hoy es 8. Este años acabaré con un récord de escasez en escribir pero me da igual, de la misma manera que en esta bitácora me permito frases pésimamente construídas como la que acabas de leer...
Pero bueno, el otro blog va bien y Emilio no se queja casi nada o poco, o de vez en cuando le da por dormir 48h. Bueno, pero, como siempre, este no era el tema...
Hace como un par de semanas que tenía este post en mente; un viernes para descansar fui con mi madre al cine, a Torrevieja...habéis ido al cine últimamente, nadie va, es alucinante.
Como ya sabemos compro el información cada viernes antes de ir a comer mi ensalada de no-rúcula al asador gastro-bar "D'Elías". Pues bien, allí estaba anunciada la película de De Gaulle, la hacían en el cine Aana de Alicante pero nosotros fuimos a Torrevieja, me duele la muñeca izquierda, puede que por la postura.
Bueno, yo de De Gaulle no sabía mucho y no es que me interese demasiado pero un biopic sobre política pues claro, eso no se deja pasar.
El enfoque es interesante aunque la película está regular...mi idea para resumirla es la siguiente: cuando todos se rindieron él, el general De Gaulle, Charles de Gaulle, siguió alzando su voz, defendiendo la Francia no alemanizada.
No se resistió a decir la última palabra, aunque eso le dejara solo, muy solo. La película va también sobre su familia, su relación con ella, y como le da moral pensar que están resistiendo aunque no los vea.
La moral, la palabra...decir "le dernier mot", no dejar de decir la suya, no cejar y seguir empalabrando Francia, una Francia libre, propia, existente por si misma.
La película se centra poco o solo algo en la vida pública, no sale para nada la guerra y deja muy mal parado a Pétain (¿Se escribe con acento?, ni idea). Y bueno, no está mal y vienen la navidades, hayq ue comprar cosas nuevas y hacer cosas nuevas y eso.
Pues eso, De Gaulle mantuvo su última palabra, no dejó de decir la última palabra y gracias a aquella resistencia desde Londres Francia se sentó en una silla de ganador de la WWII, vaya.
Abrazo!