Es 25. Es martes pero parece domingo. Y los domingos de quietud el barrio sur de Crevillent, el Crevillent que más puedo decir que es mío tal vez, o al menos que es mi Crevillent de los 30 años, invitan a escribir.
Pero estuve ya como un par de horas escribiendo. Pergeñé una reseña para la revista Canelobre del Juan-Gil Albert sobre el calzado en la provincia de Alicante. Alicante e industria, desde luego una historia familiar.
Vengo de familia de productores y comerciantes. Mi bisabuelo sabía vender, lo aprendió en Madrid cuando empezó de meritorio en un almacén. ¿Se fue sólo?....no lo sé, no lo recuerdo. El tema es que volvió en fiestas, el founder. Y se pasó a fabricante, en la calle eras. Creo que allí tenía la primera fábrica y seguro que vivía allí.
Reindustrializar, re-pensar la industria, me viene de familia. Ahora, por influencia de mi padre, fabricamos textos. Leemos libros y tejemos textos. En eso quedó tal vez imperial....producir en todo caso, producir.
También el hecho de tener una fábrica nos llevó a salir, a aprender idiomas, a comprar y vender fuera. La dimensión Europea viene de ahí, recuerdo lo que decía mi bisabuelo en sus conferencias sobre el "ser meiman", o sea, el self-made-man.
Pero hoy el post no va de eso. Me cansa escribir todo el día, si me dejan solo sólo sé leer y escribir, no hago nada más, tal vez comer pipas. Escribí por la tarde, escribo ahora y escribiré un cuento para Jennifer después.
Hoy comimos en Alicante, Alicante. No es casual, pensé hoy, que haya fundado alicantinismo.com. Nací en Alicante, en vistahermosa, después de todo. Delante el colegio Inmaculada de Jesuítas, donde mi padre se hizo megalector. Todo viene de ahí, de la erudición Jesuita, también los miedos, todo sea dicho. Todo viene de ahí...
Mi padre y sus hermanos, Carlos y Martín. Estudiaron en Alicante...y en Alicante se han casado. Mi padre se casó en el pueblo, joven. Mi madre es del pueblo, en Crevillent nos quedamos.Pero no es casual que hoy fuéramos a comer a Alicante, al nuevo Alicante.
La pasta del la alfombra también se invirtió en el nuevo alicante, en la zona de la Albufereta. Allí tienen el chalet mis tíos, ahí mi tía el suyo de la finda Adhoc...¿Lo vendió?, ¿Es Adhoc, jadook o cómo?...qué más da.
Todos los caminos llevan a Alicante, la capital de la provincia, que mira al mar, al puerto, que crece. Todo pudo ir a Elche, mi abuela Antonia era de allí, pero no fue así.
Fue Alicante, ha sido el Alicantinismo. Puse en la lista de los IES al volver de Barcelona, antes que nada el alacantí. Y en alicante he caído, en San Juán. Sansano está en San Vicente, a él también le gustó la sociedad abierta de Alicante, el movimiento, hay cosas, gente, bares.
Y ahí pasó los días, en librerías, escribiendo sobre la provincia pero también sobre la ciudad. Todo tiende a Alicante, ahora se ve claro. Mi bisabuelo, el founder, fue presidente interino de la diputación de Alicante. Me gusta el Gil-Albert, en Alicante está todo, librerías, periódicos, charlas, radios, el barrio, Jose Benalúa y los muchachos, Jorge, me acogió la sociedad abierta.
El founder no sale en la lista de presis de la Dipu, ¿Será el dato correcto?...seguramente fue Vice honorífico, suplente o algo así. Por allí andaba en todo caso, ¿Seguramente de la mano de Pedro Zaragoza Orts?. Por Alicante en todo caso, hoy en ido a Alicante.
Lugar de nacimiento:
Elche
Fecha de nacimiento:
1932
Lugar de muerte:
Crevillent
Fecha de muerte:
2002
Biografía:
Antonia
Antón Román (más conocida como Antoñita en Crevillent) nació en 1932.
Era hija de Carlos Antón Closa, uno de los socios fundadores de la
empresa Hiladora ilicitana, y Dolores Román Macià (Doloretes).
Hija única, pasó su infancia en Elche. Su padre, que hubiera deseado tener un niño, le dio una educación de corte más bien masculino. De él heredó su afición por el fútbol (siempre fue una forofa aficionada del Real Madrid) y su gusto por el tiro, llegando a ganar trofeos en competiciones realizadas en el club Tiro de Pichón de Elche.
Pasó la guerra civil española en la ciudad ilicitana; su padre vivió gran parte del conflicto encarcelado en el barco Rita Syster, que se encontraba en la ciudad de Valencia.
Al finalizar la guerra su padre fue liberado y se dedicó a realizar negocios en el ámbito agrícola, centrando su actividad en el campo de Elche.
Cuando ya era algo mayor Antonia Antón fue escolarizada en Madrid en las monjas irlandesas, lo que le permitió dominar el inglés, algo inusual para las mujeres de su época.
Se casó a los 23 años, en 1953, con el industrial crevillentino Juan Antonio Pérez-Adsuar Candela, hijo del fundador y propietario de la conocida fábrica Alfombras Imperial de Crevillent.
Tuvieron cuatro hijos: Antonio (1954), Carlos (1956), Martín (1960) y Nuria (1961). Antonia fue una ama de casa muy activa, que desarrolló una vida centrada en el activismo religioso, llegando a ser muy conocida y apreciada por toda la gente de Crevillent.
Vivió la religiosidad de manera inconformista, muy centrada en la ayuda al prójimo e impartió numerosas conferencias y cursillos en la localidad. También asistió a su marido Juan Antonio Pérez-Adsuar en labores de traducción, acompañándolo a múltiples viajes al extranjero, sobre todo a Inglaterra y Bélgica, en los que se compraba maquinaria para la fábrica de Alfombras Imperial y se realizaban importantes acuerdos industriales.
Murió de cáncer en 2002 tras una larga lucha con la enfermedad en la que maravilló a todos por la forma optimista y vital con que aceptó su situación. Un importante grupo de destacados crevillentinos han iniciado los trámites para que sea beatificada por la iglesia, hecho que muestra el cariño y afecto que siente por ella el pueblo de Crevillent, con el que se volcó durante tantos años
Hija única, pasó su infancia en Elche. Su padre, que hubiera deseado tener un niño, le dio una educación de corte más bien masculino. De él heredó su afición por el fútbol (siempre fue una forofa aficionada del Real Madrid) y su gusto por el tiro, llegando a ganar trofeos en competiciones realizadas en el club Tiro de Pichón de Elche.
Pasó la guerra civil española en la ciudad ilicitana; su padre vivió gran parte del conflicto encarcelado en el barco Rita Syster, que se encontraba en la ciudad de Valencia.
Al finalizar la guerra su padre fue liberado y se dedicó a realizar negocios en el ámbito agrícola, centrando su actividad en el campo de Elche.
Cuando ya era algo mayor Antonia Antón fue escolarizada en Madrid en las monjas irlandesas, lo que le permitió dominar el inglés, algo inusual para las mujeres de su época.
Se casó a los 23 años, en 1953, con el industrial crevillentino Juan Antonio Pérez-Adsuar Candela, hijo del fundador y propietario de la conocida fábrica Alfombras Imperial de Crevillent.
Tuvieron cuatro hijos: Antonio (1954), Carlos (1956), Martín (1960) y Nuria (1961). Antonia fue una ama de casa muy activa, que desarrolló una vida centrada en el activismo religioso, llegando a ser muy conocida y apreciada por toda la gente de Crevillent.
Vivió la religiosidad de manera inconformista, muy centrada en la ayuda al prójimo e impartió numerosas conferencias y cursillos en la localidad. También asistió a su marido Juan Antonio Pérez-Adsuar en labores de traducción, acompañándolo a múltiples viajes al extranjero, sobre todo a Inglaterra y Bélgica, en los que se compraba maquinaria para la fábrica de Alfombras Imperial y se realizaban importantes acuerdos industriales.
Murió de cáncer en 2002 tras una larga lucha con la enfermedad en la que maravilló a todos por la forma optimista y vital con que aceptó su situación. Un importante grupo de destacados crevillentinos han iniciado los trámites para que sea beatificada por la iglesia, hecho que muestra el cariño y afecto que siente por ella el pueblo de Crevillent, con el que se volcó durante tantos años