532 entradas, de nuevo escribo tras visitar el pueblo, de nuevo este post es una comparativa pueblo-ciudad. Ayer fui mi cumpleaños, 532 entradas. En la ciudad, sobre todo si es grande y espectacular como Barcelona, hoy poco diálogo intergeneracional...
Los jóvenes se juntan con jóvenes a hacer cosas de jóvenes...quizás hablen con sus padres y abuelo que vegeta, allá en la España vacía...pero son conversaciones fugacez. Su día día es el sidecar, el apolo, el primaverasound, el ligoteo de tinder, el cerveceo...están en fase pseudo-reproductiva.
Al final los ciclos de la vida van jugando sus cartas, inexorables...mientras, en el pueblo, parece que todo el mundo se muere. No en vano ponía yo un tuit diciendo que lo primero que parece preguntar cualquiera del pueblo cuando vuelve al pueblo es...Qui s'ha mort?
Y es que en el pueblo, es pura estadística, quedan los viejos, los del lugar, lo que vivían fuera pero han vuelto...¿también volveré yo a morir al pueblo?, ¿qué es más triste esto o morir en la ciudad?.Ni idea...
En el pueblo de habla de achaques y enfermedades graves y, me parece, se va a más tanatorios que a bodas y a bautizos...también es verdad que vivimos el pueblo a través de la vida de los padres y que estos, al tener una edad, ya están viendo caer a la generación que les precedió y, además, a miembros de la propia...
Debería entristecerme más al escribir esto aunque, no sé porqué, escribo desde la asepsia, desde la constatación sociológica, desde una extraña tranquilidad que no es, en el fondo, aceptación ni renuncia, ya convendría, pero no.
La gente en la ciudad corre, lucha y hace 1000 cosas mientras en el pueblo reina el vacío; mundo de gatos y de siestas donde pasa poco, un mundo finito y comprensible que me llama...¿por qué ya no me llama la ciudad?, ¿Será cosas de cambiar a Madrid?, ¿Qué hay que valorar en la vida, qué tiene realmente sentido?
Pueblo o ciudad, la dialéctica eterna continúa...
